El reconocimiento “Empresas Integradoras” tiene como objetivo sensibilizar, reconocer y visibilizar a las empresas en Perú que contribuyen con la integración socioeconómica de las y los talentos de personas en situación de vulnerabilidad, quienes representan más del 60% de las personas que habitan el país.
El objetivo principal es la inclusión socio productiva de las poblaciones en situación de vulnerabilidad (mujeres, integrantes de pueblos originarios, comunidad LGTBIQA+, personas con discapacidad, adultos mayores, afrodescendientes, y migrantes y refugiados), dentro del sector empresarial, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el Plan Nacional de Acción sobre Empresas y Derechos Humanos. En ese sentido, la iniciativa reconocerá a las empresas que apliquen buenas prácticas en la materia.
Esta iniciativa es promovida por la Fundación Panamericana para el Desarrollo (PADF), la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (CONFIEP), el Centro de Información y Educación para la Prevención del Abuso de Drogas (Cedro) [1]y ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados); contando con el apoyo de la Oficina de Población, Refugiados y Migración del Departamento de Estado de los Estados Unidos (PRM), la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), la Unión Europea (UE), Cooperación Alemana y la Sociedad Alemana para la Cooperación Internacional (GIZ).
Como parte de su campaña de difusión, se han realizado realizados encuentros empresariales para seguir sensibilizando a las empresas en materia de inclusión laboral en las regiones de Lima, La Libertad, Piura, Tumbes e Ica. Estos eventos se han realizado en articulación con Cámaras de Comercio, Ministerio de trabajo, municipalidades y organizaciones de base.
Ana Lo, especialista de CEDRO en programas de integración económica, remarco que según datos del MIDIDS existe evidencia que las empresas con fuerza laboral diversa, pueden lograr múltiples beneficios tangibles, al convertirse en un espacio de trabajo con cultura organizacional inclusiva, aportan perspectivas, destrezas e ideas únicas, contribuyendo a que las firmas sean más innovadoras, productivas y resilientes, así como contribuye al acceso y retención de talento e incrementa la reputación y fidelidad de sus trabajadores y clientes.
Por ejemplo, la inclusión de mujeres en los puestos de trabajo generaría efectos indirectos sobre el resto del personal, como el aumento de la productividad de las mujeres que ya están empleadas (IMF, 2018).
Por otro lado, las empresas que promueven la inclusión de personas LGBTI son consideradas empleadores más atractivos, especialmente para las generaciones más jóvenes de trabajadores, por lo que estas firmas se beneficiarían de la atracción y retención del mejor talento (OIT, 2022; Hewlett y Yoshino, 2016).
Además, aquellas empresas que incluyen específicamente a personas refugiadas y migrantes podrían obtener beneficios asociados a mayores niveles de especialización de tareas, espíritu empresarial y productividad, lo cual podría manifestarse especialmente en sectores intensivos en comercio (Nathan, 2014).
En el caso de la inclusión de adultos mayores, hay evidencia que sugiere que las empresas que promueven la diversidad de edad entre sus trabajadores tienen el potencial de mejorar su desempeño organizacional, especialmente cuando los equipos de trabajo se enfrentan a tareas complejas de toma de decisiones (Trawinski, 2016).
En suma, la inclusión de poblaciones en condición de vulnerabilidad en los espacios de trabajo puede generar múltiples beneficios tangibles para las empresas a través de diversos canales internos y externos que redundan, en última instancia, en mejores resultados económicos de la organización. Por ello, es importante señalizar estos beneficios reconociendo a aquellas empresas que tengan prácticas de inclusión más extendidas para que nuevas organizaciones las incorporen en beneficio suyo y de la sociedad en conjunto.