De acuerdo con un estudio de la Cámara de Comercio de Lima (CCL) indicó que actualmente, existen 122 proyectos de infraestructura pública, por US$ 6.065 millones, con inversión pendiente de ejecución. Estas obras, en promedio, debieron entregarse en no más de 2,1 años, pero solo presentan un avance del 32% y se han extendido por 1,3 adicionales.
“Estos excesos en los plazos de ejecución, denominados inversiones dormidas, obedecen al bajo nivel de los presupuestos ejecutados en inversión pública en los tres niveles de Gobierno”, precisa el informe del Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (Iedep) de la CCL.
El sector de Transportes es el que más retrasos consigna. Un total de 64, de los cuales 45 corresponden a carreteras, están “dormidos” pese a contar con una partida previa. Estas obras, que tenían un plazo de entrega de 2,4 años, se han tomado 1,5 adicionales debido a un magro avance financiero de solo 35%. Es decir, US$ 3.499 millones de inversión a deshora.
Panorama similar se vive en el sector Salud, tan golpeado por la pandemia como por las obras sin entregar en los últimos años. De esta forma, se cuentan veinte proyectos que debían culminarse en 2,1 años, pero que se han tomado 1,3 extra debido a un retraso financiero del 34%. Esto equivale a US$ 896 millones por desembolsar.
La ejecución de obras dirigidas a suministrar de agua potable o de riego a la población no es ajena a esos retrasos.
Por ejemplo, la CCL refiere que el sector de Saneamiento goza de veinte megaproyectos que han sumado un año adicional a los 1,2 en que debían poner las conexiones al servicio de la población. El avance en este punto es crítico, pues solo representa el 6% hasta el momento. Ello significa US$ 592 millones pendientes de ejecución.
M.N.L.
