Carlos Castillo Mattasoglio carece de las calidades inexcusables de orden moral, intelectiva y doctrinal, para ser arzobispo de Lima, primado del Perú, e, incluso, cardenal

Carta abierta al nuncio apostólico en el Perú, que dirige Gonzalo Manuel Ortiz de Zevallos Olaechea

Señor. nuncio apostólico en el Perú, Mons. Paolo Rocco Gualtieri


Invocando su responsabilidad como representante del papado en el Perú y, por tanto, su
indeclinable obligación de transmitir el contenido de esta comunicación a las más altas
autoridades del Vaticano, le dirijo la presente en mi condición de peruano y de hombre de fe,
profundamente preocupado por la designación, el mantenimiento y la consiguiente validación,
por el Vaticano, de Mons. Carlos Gustavo Castillo Mattasoglio, como arzobispo de Lima, primado
del Perú, e, incluso, como cardenal.
Lo hago porque está fehacientemente comprobado que Carlos Gustavo Castillo Mattasoglio es
una persona que carece de las calidades inexcusables de orden moral, intelectiva y doctrinal, que
lo habiliten para el ejercicio de esas funciones.
En efecto, en su declaración pública a RPP del día 18 de enero en curso, refiriéndose Castillo
Mattasoglio a la supuesta «obra de teatro» denominada «María Maricón», incluida en el Festival
titulado «Saliendo de la Caja», organizado por la Facultad de Artes Escénicas (FARES) de la
Universidad Católica del Perú, postula él lo siguiente:
Primero, Castillo Mattasoglio reconoce, explícita y literalmente, que «el cartel publicitario de la
obra muestra una imagen distorsionada y ofensiva del rostro de la Virgen María»; y que «ha
habido un ultraje a la Virgen; es cierto que ha ocurrido».
Segundo, Castillo Mattasoglio señala, expresa y literalmente, que «el cartel promocional de la
obra ‘María Maricón’ no refleja ‘necesariamente’ la trama de la puesta en escena».
Pero, tercero, frente a ello, Castillo Mattasoglio elije doblegarse ante la obra y afirma, expresa y
literalmente, que «el contenido de la obra ‘aborda temas interesantes que hay que recoger». Lo
hace, en circunstancias en que la invitación que hace el cartel que promociona esa supuesta «obra
de teatro», es imbricar a María, la madre de Jesús, representada por su imagen con el corazón
inmaculado y con la aureola que le es propia, con la palabra «Maricón»: «María Maricón».
Más aún, en su declaración a RPP, Castillo Mattasoglio abordó el tema de la suspensión de la
obra, aclarando que «no se trata de una censura». Es por esto que, luego de la perversa
justificación del contenido de esa «obra de teatro» titulada «María Maricón», supuestamente sí
merecedora de ser puesta en escena, que hace Castillo Mattasoglio, «Canciller» de la Pontificia
Universidad Católica del Perú», el rectorado de esa universidad emitió un comunicado anunciando
que «el festival ‘Saliendo de la Caja’ se llevará a cabo y que la obra ‘María Maricón’ se estrenará
en la segunda quincena de marzo».
Carlos Gustavo Castillo Mattasoglio incurre así, de manera consciente y deliberada y, por tanto,
con perfidia, en lo que Jesús tipificó como el gravísimo pecado de escándalo; esto es, como el
pecado en que incurre quien, ostentando autoridad, induce a terceros a considerar moralmente
aceptable lo que no lo es.
Ahondando así, Castillo Mattasoglio, en su inocultable paradoja, no condena, en lo absoluto, «la
imagen ofensiva de la Virgen María» y «el ultraje a la Virgen», que él agrega «que ha ocurrido».
Contrariamente, lo que sí condena, y de manera aberrante, es «la reacción de ciertos sectores
que han promovido protestas y presiones políticas», a las que califica como «exageraciones que
deben ser evitadas».

Es necesario reiterar sobre esta materia, de manera enfática, señor nuncio apostólico, que, con
las graves carencias que quedan evidenciadas en Carlos Gustavo Castillo Mattasoglio, en materia
de valores religiosos y morales, lo mismo que intelectivos y doctrinales, y con sus igualmente
desubicadas posiciones, Castillo Mattasoglio no sólo ha puesto en entredicho la respetabilidad de
María, la madre de Jesús, proclamada como dogma por la Iglesia Católica, Apostólica y Romana;
sino que, adicionalmente, ha ofendido y ofende, Castillo Mattasoglio, la fe y los valores religiosos
y morales de millones de peruanos, al descalificar la reacción y la protesta de los católicos
peruanos, originada por la inaceptable puesta en escena de una desquiciada obra titulada «María
Maricón».
De otro lado, la crítica que hace Castillo Mattasoglio, a la intervención del Ministerio de Cultura,
indicando que este organismo no debería resolver ‘problemas de una universidad privada»,
comprueba, nuevamente, la falta de sindéresis que le es característica.
Con una inocultable falta de inteligencia respecto de las materias en cuestión, Castillo Mattasoglio
no atina a advertir que lo que está en juego no es una supuesta jurisdicción o competencia
‘excluyente’ de una «universidad privada», sino un gravísimo atentado contra el significado
religioso y moral de la Virgen María.
En efecto, poniendo en evidencia Castillo Mattasoglio una notoria y grosera falta de capacidad de
discernimiento y, por tanto, de entendimiento, cree Castillo Mattosoglio que es pertinente que
una «universidad privada» (nada menos que aquélla que ostenta la calidad de «católica» y
«pontificia») ponga en escena una obra titulada «María Maricón», atentando, con ello, contra los
valores y los dogmas postulados por la Iglesia Católica, Apostólica y Romana y atentando,
también, de manera ofensiva, contra los valores que conforman la fe de los peruanos identificados
con la religión que Castillo Mattasoglio pretende representar y dirigir.
Queda claro, en consecuencia, señor nuncio apostólico, que carece, Carlos Gustavo Castillo
Mattasoglio, de los elementales valores religiosos y morales, de la elemental sindéresis y de la
ineludible inteligencia de la doctrina de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, adoptada, a
través de los más de 2,000 años de existencia de la Iglesia, por los distintos Concilios Ecuménicos
y por los distintos Papas, respecto del significado de la Virgen María, madre de Jesús. Con ello,
queda evidenciado que carece, Carlos Gustavo Castillo Mattasoglio, de las calidades necesarias
para ejercer la función de arzobispo de Lima, primado del Perú, y cardenal, miembro del Colegio
Cardenalicio.
Por las consideraciones que anteceden, señor nuncio apostólico, le requiero que, cumpliendo
usted la responsabilidad que le es inherente e indeclinable en el ejercicio de ese cargo, ponga
usted esta comunicación en inmediato conocimiento de las más altas autoridades del Vaticano.
El país escrutará, señor nuncio apostólico, la forma como dé usted el debido cumplimiento a sus
responsabilidades precisadas en el presente párrafo.
Dado el carácter público de esta comunicación, la doy por entregada, tanto a usted, señor nuncio
apostólico, cuanto a Mons. Carlos Gustavo Castillo Mattasoglio, actual arzobispo de Lima, primado
del Perú, e, incluso, cardenal, citado en esta carta pública.

Gonzalo Manuel Ortiz de Zevallos Olaechea

DNI 08258097