El hecho inició a las 5:30 de la mañana (hora local), sobre el puente Río-Niteroi, lo cual provocó gran congestión vehicular de 80 kilómetros aproximados. Luego de cuatro largas horas de tensión, el hombre fue baleado por uno de los francotiradores.
Según el informe preliminar de la Policía Militarizada (PM), el hombre enmascarado portaba una pistola de juguete y un cuchillo.
Galo Branco, línea 2520, es la empresa en la que fueron transportados los rehenes y el cual era conducido por un joven quien se cubria el rosto con un pañuelo. El autobús une São Gonçalo y Río de Janeiro en el puente Niteroi.
Mientras ocurría toda esta fatídica situación, el hombre amenazó con intentar incendiar el autobús, habiendo puesto en libertad a siete rehenes, entre hombres y mujeres.
Uno de los rehenes, Hans Moreno declaró por TV Globo, que el hombre nunca se mostró agresivo y se mantuvo «muy sereno».
Luego de los hechos acontecidos, el gobernador de Río de Janerio, Wilson Witzel, extremista defensor de armas, llegó en helicóptero al puente Niteroi, quien bajó de la aeronave festejando, haciendo señales de victoria. «Agradezco a la policía por su trabajo», dijo Witzel a un medio local.
E.T.R.
