Un comunicado reveló que cerca de las 6:30 a.m. de este domingo 27 de octubre un grupo de individuos encapuchados y desconocidos perseguían al exmandatario de Bolivia, Evo Morales. El incidente tuvo lugar en Shinahota, en el departamento de Cochabamba, específicamente en la entrada del cuartel militar de la Novena División de las Fuerzas Armadas.
El lunes 28 de octubre, el Gobierno boliviano acusó a Evo Morales de haber montado un «teatro» en relación al atentado que el exmandatario denunció el domingo 27. Además, afirmaron que el tiroteo ocurrió cuando el conductor de Morales trató de eludir un control antidrogas de la Policía en la región del Chapare, conocida por su producción de coca.
Morales desmintió las acusaciones en X y aseguró que ninguno de los ocupantes del vehículo estaba armado. En una entrevista con CNN, relató que se sintió víctima de una emboscada. Al notar que los vehículos estaban identificados como de la Novena División, le pidió al conductor que aumentara la velocidad, y luego se dieron cuenta de que estaban siendo disparados, “no en ráfaga, pero con rapidez” mientras eran perseguidos.
El Movimiento Al Socialismo (MAS) emitió un comunicado en el Instagram de Evo Morales, en el que acusó y atribuyó la responsabilidad del ataque al presidente de Bolivia, Luis Arce Catacora, así como al ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, y al ministro de Defensa, Edmundo Novillo, aunque no se aportaron evidencias.
Por su parte, el presidente de Bolivia, Luis Arce, ordenó una investigación sobre el ataque y rechazó firmemente cualquier forma de violencia en el ámbito político. «El ejercicio de cualquier práctica violenta en la política debe ser condenada y esclarecida. No es con la búsqueda de muertos que se resuelven los problemas ni con especulaciones tendenciosas», escribió el jefe de Estado en su red social X.