“BICAMERALIDAD” Despacio que estoy apurado

Por: Alejandro Marco Aurelio Capcha Hidalgo
Periodista: Reg.- N°. -4654-


Aprobado la bicameralidad en el Congreso de la República ha causado polémica y ha fraccionado opiniones en el país. Haciendo un poco de historia, el Perú ha tenido una larga tradición bicameral desde la Constitución de 1828 hasta su interrupción el 05 de abril de 1992, con el golpe de Estado del entonces ex presidente, Alberto Fujimori Fujimori. Es allí donde se implementó dizque por una determinada coyuntura política el sistema unicameral que rige hasta la actualidad. Siempre ha existido dos cámaras en la gran mayoría de países democráticos evolucionados globalmente. La restitución de la bicameralidad ha regresado forzadamente e interesadamente por los efímeros ágrafos congresistas (hay excepciones) que no dan la talla intelectual, moral y ético para ostentar ese cargo democrático escogido por el pueblo; confiados a que ya tienen aprobado la ley de reelección. Todo indica que en las próximas elecciones generales no veremos caras nuevas por la desnaturalización del primer poder del Estado por estos mal llamados “Padre de la Patria”. Lamentablemente hay que reiterar, nosotros los peruanos no tenemos una -cultura política- e incidiremos en el círculo vicioso de votar por representantes de movimientos o vientres de alquiler, que llevan en su lista prontuariados, que escasean de formación política para servir al país, deteriorando groseramente la institucionalidad de la investidura del Parlamento.

La Ley de Reforma Constitucional que restablece la bicameralidad, Ley 31988, lastimosamente tiene algunos defectos en cuanto a la elección y las funciones propias de cada cámara. Creemos por ello que deben reformarse algunos aspectos puntuales para evitar problemas posteriores que enturbien el buen propósito (ojalá no sea una intención interesada) de esta reforma constitucional, existe suficiente tiempo para enmendarlo. Es trascendental subrayar que ambas cámaras cumplen funciones diferentes, por tanto, su elección y conformación también debieran ser diferentes. ¿Por qué tanto brinco si el suelo está parejo? No por mucho madrugar amanece más temprano. Hasta para hacer una reforma constitucional son incapaces. El fin del mundo no avisa, corrijan con tranquilidad y enmiendan los errores de la Ley 31988, “señores congresistas”.

En otros países avanzados las cámaras bajas o diputados siempre son más políticas y representados por gente jóvenes, polémicos, dinámicos que encarnan a las provincias o regiones, por ende, son más operativas, encargándose de la formulación de leyes ordinarias y de control político. Las cámaras altas o senadores son por lo general son políticos trajinados, más reflexivos, de experiencia vasta en esto menesteres, también conocido como los sabios, y son elegidos nacionalmente; se encargan históricamente del nombramiento de altas autoridades, ratificaciones de funcionarios, operando como segunda instancia en los procesos de control político y de revisión de leyes ordinarias.

 Parece acertada la disposición que establece que para acceder al Senado se requiere de 45 años de edad como mínimo, más no la que determina que también se pueda acceder por haber sido congresista no importando la edad, tuerce el espíritu reflexivo que dan los años de vida.

Sobre la promulgación de leyes, hay cierto enredo en cuanto a la potestad de cada cámara para las iniciativas y revisiones.

Esclarecer ello es un imperativo. Por lo demás, no necesitamos más leyes, mientras más elaboradas las leyes y de más difícil promulgación mejor. Sobre el número de parlamentarios, el Perú es un país subrepresentado. En 1992 éramos 22 millones y había 240 parlamentarios, hoy somos 34 millones y tenemos 130 congresistas y vamos a tener 190… sigue siendo poco la ratio habitante/parlamentario, contra la corriente mundial. La poca representatividad conlleva a una peligrosa concentración de poder y además a una escasa comunicación entre el elector y el congresista. Busquen la fórmula para sintonizar.