Bélgica dejó de lado sus diferencias políticas para que la primera ministra Sophia Wilmes, cumpla con sus funciones, donde se impuso al país en estado de emergencia, con el fin de detener la propagación de este virus que ha infectado a más de 1,200 belgas.
La primera ministra, en una rueda de prensa dijo «La situación evolucionada y nos vemos obligados a tomar medidas severas». Paralelamente, añadió «Son decisiones muy difíciles que no se han tomado a la ligera sino porque la situación nos obliga».
Pese al cierre de bares, restaurantes y comercios, eventos de ocio, que incluye deportivos o culturales, al igual que cines, gimnasios y teatros, la cifra registrada de 10 fallecidos a causa del coronavirus llevó a Bélgica a tomar medidas más severas.
Wilmes, sostuvo que «Si las reglas no se respetan, se adoptarán medidas más estrictas» haciendo alusión también el prohibir reuniones y viajes no esenciales al extranjero. Además, se enfatizó que las únicas salidas permitidas son el ir al médico, a determinados centros alimenticios y realizar ejercicios al aire libre.
También se mencionó que las actividades laborales seguirán realizándose, siempre y cuando no sea posible el home office. Sin embargo, las empresas que puedan proveer la seguridad sanitaria correspondiente deberán suspender sus funciones.
C.M.D.M.