La crisis energética que está experimentando Europa es un tema de urgencia. Tras el corte indefinido del Nord Stream 1, el principal exportador del gas ruso, los diversos países del bloque comunitario se vieron afectados en donde constantemente surge la interrogante de lo que pasará para el próximo invierno. Precisamente, los problemas iniciaron desde las sanciones impuestas por la Unión Europea a Rusia con el corte gradual de su producción energética.
Ante ello, el primer ministro belga, Alexander De Croo, mencionó en una reunión del comité que tras los esfuerzos por buscar medidas óptimas sobre la crisis energética, los edificios públicos, la calefacción y el aire acondicionado tendrán una programación determinada para utilizar energía.
En este sentido, los servicios básicos de los edificios de Bélgica, como lo son la calefacción y el aire acondicionado, se programarán a 19 grados y 27 grados respectivamente. Además, la iluminación de los monumentos del país se apagarán desde las 19:00 de la noche hasta las 06:00 de la mañana.
De igual forma, el primer ministro subrayó que las empresas que tengan ganancias excesivas en un contexto de crisis energética, se les aplicará impuestos adicionales que, al fin y al cabo, estarán destinados para ayudar a la ciudadanía.
Sin embargo, De Croo señaló que “el gobierno ha solicitado que las centrales nucleares Tihange 2 y Doel 3 permanezcan abiertas hasta el 31 de marzo de 2023”, puesto que al haber siete reactores en la central nuclear de Doel, toda la electricidad generada satisface a la mitad de la población.