El FC Barcelona estaba en marzo pasado en «situación de quiebra contable» con una deuda y compromisos futuros por valor de 1.350 millones de euros (1.557 millones de dólares), problemas de caja y una masa salarial disparada, afirmó este miércoles su director general, Ferran Reverter.
«Si el club fuese una sociedad anónima deportiva, hubiese sido causa de disolución», aseguró Reverter, al dar cuenta de la ‘due diligence’ encargada por la nueva junta directiva, que preside Joan Laporta, al hacerse cargo del club en marzo. «En marzo de 2021, la situación era de quiebra contable, pero como asociación deportiva se pudo refinanciar la deuda», explicó Reverter, que afirmó que había incluso «dificultad para pagar las nóminas» debido al «nulo flujo de caja».
Para hacer frente a estos problemas, el club azulgrana pidió un crédito de 80 millones de euros (92 millones de dólares) «para cubrir las obligaciones de tesorería por un plazo de 90 días», así como una refinanciación de deuda de 595 millones de euros (686 millones de dólares) para hacer frente a obligaciones a corto plazo.
Según esta auditoría, que cubre la gestión del club durante las temporadas 2018-19, 2019-20 y los nueves meses de la 2020-21 hasta el 31 de marzo, durante ese tiempo hubo «una gestión nefasta», según Reverter, que destacó que se «compraron jugadores de una forma alocada». “Se fichaban jugadores sin saber si podían pagar”, contó el director general del Barça, que detalló dos ejemplos.
“El caso de Griezmann, la misma noche que lo ficharon vieron que no había dinero y esa noche se buscó un fondo para hacer un factoring (un servicio de financiación rápido) que tiene comisiones de apertura. La operación Coutinho, que cuesta 120 millones, acaba costando 16,6 más de costes financieros”, reveló.
M.B.T.H