Luciano Mondino*
*Internacionalista
Pequeños pasos para contestarle a los antisemitas y quienes repiten la propaganda sin saber nada del conflicto palestino-israelí.
“Los palestinos son descendientes de los filisteos”
Cualquiera que esté interesado en la historia puede ir a investigar cuáles eran los pueblos que habitaban históricamente y se va a encontrar hebreos, fenicios, amonitas, pero nunca a los palestinos.
Como se sabe (solo basta con mirar de dónde eran sus líderes fundacionales), los palestinos son árabes y los filisteos iban por la línea de los cretenses. En el siglo VII, cuando se empiezan a expandir los musulmanes, aparecieron los kurdos y los beduinos. Pero no palestinos. Ni siquiera como tal existieron en la ocupación del Imperio Otomano a partir de 1517 y hasta 1917 cuando Gran Bretaña conforma el Mandato Palestino. Sin embargo, para ese momento los que aceptaban la nacionalidad palestina no eran los árabes sino…los judíos.
“La identidad nacional palestina es histórica”
Es falso de toda falsedad. Nunca existió una Palestina Histórica ni una identidad nacional hasta 1964 cuando fue creada por Abdel Nasser, ex presidente de Egipto, un libanés llamado Ahmed Sujeiri y el mismísimo Yassir Arafat.
La nacionalidad palestina se creó en 1964, unos 16 años después de creado el Estado de Israel y después de que toda la Liga Árabe le declarara la guerra a Israel y al pueblo judío entero. Llamaron a una guerra de exterminio, pocos años después del holocausto y la solución final.
Como si esto fuera poco, hasta 1967 la Franja de Gaza, hoy tomada por Hamas, estaba bajo control de Egipto y Cisjordania bajo control de Jordania. Para ese momento, el tema palestino era insignificante en el mundo árabe y hoy ya empieza a ser un lastre nuevamente.
“Israel quiere anexar todo Cisjordania”
Este viene resonando mucho desde que Netanyahu pudo formar gobierno en el país. Esto también es importante contestarlo aclarando una precisión conceptual y es que en Cisjordania no hay ocupación sino una disputa territorial como tantas otras alrededor del mundo.
Para el derecho internacional, la ocupación se da cuando un país invade a otro y se queda con parte de su territorio. Ejemplos históricos tenemos en la ocupación alemana de Polonia en 1939 o de Francia en 1940. Un ejemplo actual es Rusia en Ucrania desde 2014. Si vemos qué pasó en Cisjordania, que es Judea y Samaria, vamos a ver que la propia historia es la que documenta que no existe ninguna ocupación. En 1948, el ejército jordano toma la zona y la parte oriental de Jerusalén expulsando a los judíos que llevaban hacía siglos.
La historia de Jerusalén es la historia del Rey David y las tribus prexistentes al estado israelí, lo cual deja todo dicho. Es desde 1948, ni bien se creó Israel, que todos los árabes lanzan la guerra y la región entra en una dinámica bélica contra una población enormemente minoritaria.
Si tomáramos cualquier mapa, la sola distribución poblacional de los países árabes y de Israel en esos años mostraría la enorme diferencia. En 1967 llegó la Guerra de los Seis Días, Israel retomó los territorios que los jordanos habían arrebatado y llegaron los acuerdos de paz.
La dinámica de paz en esos años consistía en cambiar territorios por paz e ir alejando la mentalidad de la guerra. Cualquiera podría pensar que Jordania hubiera aceptado la devolución que Israel hacía (ofrecer todo Cisjordania) …Pero la respuesta fue negativa. Husein I de Jordania, el entonces rey del país rechazó los territorios que no le despertaban ningún interés y les retiró, de forma unilateral, la ciudadanía a los árabes que vivían en el lugar. Ni para los jordanos ni para Egipto, estos eran territorios por los que había que disputar.
“Jerusalén: el tercer sitio más sagrado para los musulmanes”
Para adentrarnos un poquito en la futurología, en estos se habla de una nueva escalada entre Hamas e Israel por la posible visita de Ben Gvir, ministro de seguridad nacional israelí, a Al-Aqsa, la mezquita que unifica el reclamo imaginario árabe para exigir Jerusalén.
Al-Aqsa significa “la mezquita que está más lejos” y los árabes dicen que está en Jerusalén. Lo cierto es que hay pruebas arqueológicas que dicen que la mezquita fue construida sobre el Templo de Salomón y que en verdad la mezquita más lejana está en Arabia Saudí, donde también están La Meca y La Medina. Hay un dato incluso mucho más condenatorio y es que Al Aqsa fue construida hacia finales del siglo VII cuando Mahoma ya se había muerto.
Esto recuerda la cantinela de que Jesús era palestino cuando en verdad nunca se usó la palabra palestina hasta 135 de la muerte del propio Jesús.
En la cantinela de los palestinos los muertos construyen mezquitas o pueden ser nombrados y renombrados con nacionalidades que nunca existieron en su época. El tema es que el mito de Al Aqsa es el que los unifica para atacar a los judíos cada vez que ingresan allí.
Y este es un dato también muy interesante: los terroristas palestinos se meten dentro de Al Aqsa y transforman ese tercer sitio más sagrado para ellos en un almacén de armas donde planifican y desde donde ejecutan el ataque a los judíos. Vaya forma de respetar lo sagrado con la profanación, las armas y la violencia.
En estos días, si Ben Gvir visita la zona, los palestinos van a justificar los misiles de la Yihad Islámica Palestina (comandados por Irán) que irán a las zonas civiles israelíes con el único objetivo de matarlos. Veremos qué titulan los diarios cuándo esto pase.
“Los acuerdos de Oslo son insignificantes en el conflicto palestino-israelí”
Calumnia absoluta. Esos acuerdos resolvieron, aún con estas idas y venidas de los propios palestinos, casi en un 100% el tema territorial. Estos acuerdos tuvieron el aval de la ONU, URSS y EEUU.
Acá viene un detalle muy llamativo y que no muchos conocen: ¿saben quién firmó los Acuerdos de Oslo? El mismísimo Mahmoud Abbas, el que hoy llora en Naciones Unidas, pero no hace nada para detener el germen terrorista de sus territorios que amenaza a los civiles israelíes.
En estos acuerdos se determinó la famosa división de Cisjordania: la zona A y B para un control completo hasta la resolución de las fronteras definitivas y la C para Israel. Como se espera en todo acuerdo, las partes son llevadas a negociar y esto fue siempre rechazado por Palestina. Si vamos de nuevo a los datos, con la fobia que le genera a muchos, vamos a ver que Israel siempre canjeó territorios por paz. Primero hay que volver a señalar la desigualdad enorme entre judíos y árabes en la región y las condiciones que llevaron a esa paz.
Israel logró la normalización con Jordania y Egipto antes, pero también con Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Marruecos y Sudán especialmente a partir de los Acuerdos de Abraham del 2020. Los palestinos nunca fueron a negociar, sino que impusieron siempre las intifadas.
La soberanía de Israel en el área C, esa que a ningún musulmán le interesaba hasta 1964, se aplica solamente sobre un sector que le corresponde por la firma de esos acuerdos. No existió, no existe y no va a existir nunca una ocupación israelí en territorio bajo control palestino.
El cómodo auto flagelo de la comunidad internacional
La mentira es cómoda.
¿Por qué les creen a los palestinos? Acá es donde viene el auto flagelo de Occidente, especialmente en los demócratas de Estados Unidos y de gran parte de la Unión Europea, que les es más fácil seguir enviando el dinero a la Autoridad Nacional Palestina que paga sueldos de los palestinos presos por atacar o matar civiles israelíes.
Además, no hay que olvidarse del enorme problema que está teniendo Europa en contener la invasión islamista y el colador de las fronteras. Tema de poco interés para muchos y de enorme rentabilidad para otros muchos que los usan políticamente.
Todo este relato y la realidad invertida, tan amada por el relato palestino, tuvo un sacudón en el 2020 cuando tuvieron lugar los Acuerdos de Abraham que son, sin dudas, los acuerdos del siglo. Por primera vez, Emiratos Árabes Unidos y Bahréin normalizaron su relación con Israel.
¿Pero qué tiene que ver esto con los palestinos? Mucho. Para los países del Golfo, el tema palestino es ya una piedra en el zapato por una razón muy sencilla: los países árabes, especialmente sunitas, están siendo amenazados por el expansionismo de Irán que es chiita. Además de la clásica división dentro del mundo islámico, el peligro real es que Irán, ese régimen que terminó con la vida de Mahsa Amini y otras miles de personas, logre acceder a las armas nucleares. Si eso pasa, la amenaza real se extiende desde Israel hasta los árabes.
Quieran o no, la realidad se impuso a lo largo de los años y ya el relato palestino se cayó a pedazos incluso dentro del propio mundo árabe musulmán que está necesitando insertarse al siglo XXI y no ser el siglo XV en el que están metido los iraníes gracias a los Ayatollah.