El nuevo primer ministro australiano, Anthony Albanese, anunció hoy 16 de junio, que ha escrito a las Naciones Unidas para avanzar en su objetivo de reducir las emisiones contaminantes para 2030, poniendo fin a una década de frenar a su país en el medio ambiente.
En uno de sus primeros movimientos importantes después de asumir el cargo el mes pasado, el líder laborista anunció un nuevo objetivo de reducción de emisiones del 43% en comparación con el 26% al 28% establecido por su predecesor conservador, Scott Morrison.
Anthony Albanese afirmó que era la decisión económica sensata y que prepara a Australia para un mejor futuro, impulsado por energía más limpia y más barata.
A pesar de estar repetidamente expuesta a inundaciones, incendios y sequías, Australia se ha ganado un perfil internacional de mal estudiante cuando se trata de compromisos ambientales, particularmente su negativa a abandonar el carbón en el 2030.
Este país oceánico es rico en reservas de combustibles fósiles y es uno de los mayores exportadores de carbón y gas del mundo. De hecho, el carbón sigue siendo esencial para la producción nacional interna.
Este año, el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) colocó a Australia en el lugar 52 de 76 naciones en su Índice de Futuro Verde, que evalúa la transición de diferentes países hacia una economía sostenible.
Durante su campaña, Albanese hizo de la reducción de las emisiones contaminantes una prioridad y prometió poner fin a una década de parálisis y confrontaciones políticas internas conocidas como «guerras climáticas».
El Consejo de Negocios de Australia dio la bienvenida a los nuevos objetivos de “trazar una línea en la arena”.
«Australia no puede permitirse frenar el progreso otra vez porque el fracaso hará que los australianos pierdan nuevas oportunidades, nuevas industrias y mejores trabajos», dijo su responsable Jennifer Westacott.
Con una economía que aún depende en gran medida de las industrias fósiles, Albanese dijo que las nuevas medidas no dañarían los empleos y apuntarían a «aprovechar la oportunidad de actuar sobre el cambio climático».
Dijo que los nuevos objetivos darían a las empresas certeza sobre «invertir más allá del ciclo político de tres años» que extiende el mandato del primer ministro de Australia.
Sin embargo, Albanese no ha anunciado ninguna fecha límite para no usar carbón como lo han hecho otros países desarrollados.
Por último, la nueva política ambiental del gobierno australiano podría mejorar la relación del país con las pequeñas naciones insulares del Pacífico, que ven el cambio climático como la mayor amenaza que enfrenta la región.