En el cementerio de Lugano, un grupo de arqueólogos quedaron asombrados después de hallar un cuerpo de un niño de 10 años, quien llevaba en la boca una piedra que por historia o relatos de Italia tenía como fin impedir que se levantara entre los muertos. El niño habría sido enterrado hace 1600 años y se trataría del vampiro de Lugnano.
Durante décadas de trabajo, los especialistas afirmaron que nunca habían observado un caso similar e indicaban que se trataba de un entierro vampírico del siglo v. Después de investigar y realizar un estudio a sus huesos, se reveló que el niño sufría de malaria, siendo esa la causa de su muerte.
“La piedra colocada dentro de su boca, manifiesta en este momento una anomalía dentro de un cementerio, pues a la edad de este niño es muy raro, quizás la brujería fue utilizada para controlar una enfermedad”, señaló el director de la excavación David Pickel.
Asimismo, poner una piedra en la boca era como símbolo que la comunidad le ponía a los muertos para evitar que estos propaguen sus enfermedades. Y el niño vampiro es una de las últimas cinco sepulturas encontradas en el cementerio de Italia, lugar donde han sido enterrados menores utilizados en rituales de brujería. También se han encontrado huesos de sapos, garras de cuervos y calderos de bronce.
A.L.B.
