En plena temporada de verano, Argentina es uno de los países de América Latina con mayor número de nuevos contagios de COVID-19. Esta situación sanitaria parece pasar desapercibida para algunos turistas que están acudiendo a las playas para iniciar su periodo de vacaciones. Además, el gobierno argentino ha promovido intensamente la temporada vacacional para intentar reactivar su economía.
Cabe recordar que en el 2020, Argentina tuvo uno de los confinamientos más prolongados del mundo. En 2021 se aperturaron tímidamente las escuelas, aunque no las universidades, y reactivó algunos sectores económicos. En noviembre pasado, recién abrió sus fronteras.
A pesar de la coyuntura sanitaria que afronta Argentina, las personas frecuentan playas, discotecas y otros centros de entretenimiento. Por ejemplo, Mar del Plata, muy visitada en temporadas de verano y de vacaciones, ha notificado que supera el 62% de pruebas positivas de COVID-19, superando el promedio nacional de 50% y del 10% sugerido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Patricia Bogdanowicz, infectóloga y pediatra en el Hospital de Clínicas de Buenos Aires, alerta sobre el relajamiento en los cuidados, especialmente entre los jóvenes vacunados.
“Lo que no tienen en cuenta es que la gran cantidad de casos de covid-19 ha puesto en vilo al aparato productivo, a servicios sanitarios completos que no funcionan por la cantidad de médicos, paramédicos y enfermeros aislados”, señaló Bogdanowicz para la cadena de noticias AFP.
Con 45 millones de habitantes, Argentina acumula más de 6.6 millones de casos de COVID-19, de los cuales 1.1 millón se registraron desde el 1 de enero, y ha superado las 117.600 muertes. Cada día rompe récord de contagios. El miércoles fueron 131,082 con 75 fallecidos. La ocupación de camas de terapia intensiva ronda el 40%.
Aproximadamente el 75% de la población argentina tiene dos dosis de la vacuna contra la COVID-19 y de esta el 18% ha recibido una tercera de refuerzo.
“Es difícil controlar a la población argentina, es muy difícil decirle que cumpla medidas restrictivas. El clima está muy politizado frente a la pandemia y si uno intenta medidas es posible que se generen manifestaciones en contra, que a su vez son situaciones de mayor contagio”, dijo a la AFP el médico infectólogo Luis Cámera, asesor del presidente Alberto Fernández.
Reactivar la economía
La temporada vacacional fue promovida muy intensamente por el gobierno, que intenta reactivar la economía luego de una caída de 9,9% en 2020 y un rebote de 10% en 2021.
Para esta temporada lanzó el programa previaje, un incentivo financiero para el consumo en los lugares turísticos de Argentina. A ese plan, adhirieron 4,5 millones de personas.
Y aunque los contagios se multiplican, el gobierno no solo rechaza imponer nuevas restricciones sanitarias sino que ha flexibilizado las normas de aislamiento para evitar la parálisis.
“En lugar de (la ocupación de) las camas de terapia intensiva nos preocupa el ausentismo laboral”, declaró recientemente la ministra de Salud, Carla Vizzotti.
Esta semana, la Unión Industrial Argentina solicitó al gobierno tomar medidas para frenar el aumento, que alcanza el 7.5% del personal, de trabajadores que no acuden a trabajar por haber sido contacto estrecho con un caso positivo.
También entre el personal de salud se ha reportado mayor falta de trabajadores debido a los aislamientos por COVID-19.