Argelia: la dictadura se eterniza

Algerian President Abdelmadjid Tebboune arrives to address the 78th United Nations General Assembly at UN headquarters in New York City on September 19, 2023. (Photo by ANGELA WEISS / AFP)

Ricardo Sánchez Serra*

En medio de las crisis mundiales por las guerras de Gaza y Ucrania, se esconde la noticia que el presidente argelino Abdelmadjid Tebboune fuera reelegido, este fin de semana, con un 94,65 % de los votos.

En la realidad son los militares argelinos quienes gobiernan hace décadas con fantoches en el poder y que, en este caso, no solo votaron menos de la mitad de los electores (aun así cifra inflada), sino que las elecciones se realizaron en medio de acusaciones de fraude, represión contra los opositores y periodistas y desastrosa política económica y de gobierno, por lo tanto no tiene legitimidad.

Ya no interesa si fue reelegido por 94 o 100 %; total, el organismo electoral (Autoridad Nacional Independiente de Elecciones) es oficialista y ni se inmutó por las acusaciones de la oposición, de irregularidades o fraude, como, por ejemplo, del principal partido islamista MSP, que denunció presiones sobre los directores de colegios electorales de inflar los resultados.

Inflar, inflar, inflar

Ese 94,65 %, si uno lo desmenuza, significa que habrían votado por Tebboune unos cinco millones de votos -de 24 millones aptos para votar- y los que votaron en blanco superan esa cifra. Es decir, el voto en blanco fue el ganador, y que tal vez, esa votación fue para el reelecto para inflar el resultado, además que observa que en muchas localidades los votantes solo llegaban a 1, 3 o 4 %. como analiza Atalayar.

Tebboune aplastó a los movimientos de protesta de Hirak, que exigían respeto a las libertades y elecciones limpias, y que contribuyeron a derrocar a Abdelaziz Buteflika, otro mandatario totalitario. Asimismo, organizaciones como Amnistía Internacional denunció la limitación de libertades y otras, acusando de violación a los derechos humanos, disolución de partidos y organismos, además de arrestos injustificados con falsos cargos de terrorismo.

En política exterior y relaciones internacionales, Argelia, está más aislada que nunca. Rompió relaciones con la influyente Marruecos -y que, además, amenaza con guerra-, enemistada con Francia y Japón, y con varios países africanos y países árabes.

La única prioridad en su política exterior es defender a su apéndice, el Polisario, para utilizar a los saharauis de Tinduf -la prisión al aire libre más grande del mundo-, como carne de cañón en una eventual guerra con Marruecos, para su salida al Atlántico.

*Premio mundial de periodismo “Visión Honesta 2023”