Anestesiología: una especialidad con un buen sueldo y necesita más profesionales en el Perú

En el Perú aproximadamente son un poco más de 2,600 anestesiólogos y más del 50 por ciento trabaja en la capital.

En un quirófano están siempre asistiendo dos médicos, el cirujano y el anestesiólogo, quien tendrá bajo su responsabilidad la vida del paciente, porque su función es evitar que sienta dolor y que la intervención quirúrgica sea posible y segura. Los anestesiólogos tienen en sus manos la vida de esa persona al controlar sus signos vitales para que la operación sea exitosa, indicó la presidenta de la Sociedad Peruana de Anestesia, Analgesia y Reanimación (SPAAR), Catherine Suárez Agoavil, quien desde el 2006 ejerce la especialidad de anestesiología, luego de estudiarla en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) durante tres años.

Suárez manifestó para el medio de comunicación Andina que, su vocación de servicio encontró en la anestesiología un vehículo para entregar lo mejor de ella a los pacientes, dar todo de si en ese momento de la operación, para que sus vidas no se detengan. “Somos una pieza fundamental, sin nosotros es imposible que se dé un acto quirúrgico seguro”, agregó.

También la especialista destacó que, el anestesiólogo o anestesióloga es un médico general formado en pregrado durante siete años. Al terminar su etapa universitaria realiza el Servicio Rural y Urbano Marginal en Salud (Serums) en un año y luego el internado, un año más.

Cuando termina ese periodo, puede postular a una especialidad, en este caso a la de anestesiología. Esa oferta de posgrado la tienen universidades como la UNMSM, Federico Villarreal, Universidad Privada Cayetano Heredia, Universidad San Martín de Porres y Científica del Sur en Lima, en Lima Metropolitana. 

Asimismo, la doctora sostuvo que la función de un anestesiólogo empieza cuando el paciente llega a la sala de operaciones, que casi siempre es con miedo. A partir de ese instante establece un vínculo especial con él (o ella) para calmar sus temores y tranquilizarlo. 

Nuestra función va más allá de ‘hacer dormir’ al paciente, nosotros protegemos y regulamos sus funciones vitales de forma que la intervención quirúrgica le ocasione las menores alteraciones posibles, y sea óptima y segura”, precisó la doctora del SPAAR.

Cabe resaltar que, la doctora Catherine Suárez Agoavil señaló que cuando el paciente se somete a una cirugía que requiere de anestesia general como una operación al corazón, por ejemplo, o un trasplante, es un reto, porque este especialista debe “llevar” al paciente a un paro respiratorio y asistirlo con ventilación mecánica hasta que culmine la cirugía, para luego “sacarlo del sueño profundo” y despertarlo para el regreso a casa. 

Mientras que, en la aplicación de la anestesia regional (local), expresó que como ocurre en caso de la epidural para que pueda efectuarse una cesárea, el proceso también es delicado porque la aguja la ingresa a la columna vertebral de la mujer, que muchas veces tiene kilos demás. El objetivo es evitar que se duerma para que pueda ver nacer a su bebé y establezca el contacto piel a piel, necesario para su recién nacido y para ella.

Suárez Egoavil, que desde que empezó su oficio el 2006 ya tiene más de 22 mil anestesias aplicadas, señaló que la anestesiología exige dos habilidades clarísimas: saber trabajar en equipo y tener psicomotricidad. 

Además, la presidenta del SPAAR insistió en la importancia que tiene esta especialidad debido a que en el Perú hay escases de anestesiólogos, aproximadamente son un poco más de 2,600 y más del 50 por ciento trabaja en Lima Metropolitana. En otras ciudades y provincias del país se requiere su presencia con urgencia, enfatizó la doctora Suárez Egoavil.

Finalmente, la presidenta de la Sociedad Peruana de Anestesia, Analgesia y Reanimación explicó que a nivel mundial es una de las especialidades mejor pagadas porque es la más demandada. En el Perú, si trabaja en un hospital público su sueldo puede ser de S/ 6,000, como ganan los médicos no covid; sin embargo, si forma parte del staff de una clínica privada grande puede llegar a S/ 17,000 soles