La noche del domingo 5 de abril de 1992, un sorpresivo mensaje interrumpió la programación habitual de los canales de televisión, era el expresidente Alberto Fujimori, quien acompañado de una pequeña bandera nacional y un vaso de agua, se dirigía al Perú mediante un mensaje a la nación.
Fujimori autorizó “disolver” el Congreso e intervenir a los diferentes órganos democráticos como el Poder Judicial, el Tribunal de Garantías Constitucionales (hoy Tribunal Constitucional), el Consejo Nacional de la Magistratura y el Ministerio Público.
“He decidido tomar las siguientes trascendentales medidas. Primero: Disolver temporalmente el Congreso de la República”, anunciaba un pálido y serio Fujimori
Fue entonces cuando las Fuerzas Armadas tomaron las diferentes calles del Centro Histórico de Lima e o intervinieron ilegalmente, además, los diferentes medios de comunicación.
Hubo persecución y allanamientos a diferentes líderes políticos opuestos al régimen, como el líder aprista Alan García, quien logró escapar a Colombia, al ex ministro del Interior Agustín Mantilla, y a los entonces presidente del Senado Felipe Osterling y Jorge Ramírez del Villar, entonces titular de la Cámara de Diputados.
El legendario periodista de investigación Gustavo Gorriti fue secuestrado esa fatídica noche por miembros de las Fuerzas Armadas y llevado a los sótanos del Cuartel General del Ejército, más conocido como “El Pentagonito”. Luego, contó que fue interrogado y liberado horas más tarde.
La razón por la que el régimen fujimorista justificó su histórica acción, fue que el Parlamento bloqueaba todos los intentos de gobernar que hacia el Ejecutivo, además de querer reactivar la economía y hacer más esfuerzos por derrotar el terrorismo de Sendero Luminoso y el MRTA.
Fujimori convocó a un Congreso Constituyente Democrático (CCD) que redactó la Constitución de 1993, la cual permitió al ex dictador postular para las elecciones generales de 1995.
Lo que vino después ya es historia, para 1993 la prensa ya conocía la existencia de un destacamento paramilitar denominado “Grupo Colina” quienes eran sindicados como los responsables de las masacres de La Cantuta y Barrios Altos. Luego, en 1994 el Congreso promulgó la recordada y polémica “Ley de Amnistía” que exculpó a todos los integrantes del grupo liderado por Santiago Martin Rivas
F. O. B