Por primera vez se encontraron microplásticos en humanos

Y según un reciente estudio piloto demuestra que las heces de personas, de varios países contenían partículas de una decena de plásticos.

Microplásticos sacados del mar

En el artículo anterior, 2050: más plásticos que peces en los océanos, hablamos de los altos niveles del microplástico en los ecosistemas marinos ya que el año pasado, se detectaron microplásticos en el 83 % de las muestras de agua corriente en el mundo. Definidos como trozos de menos de 0,05 cm de largo, aproximadamente el tamaño de un grano de arroz.

La mayoría de los estudios han detectado la presencia de estas partículas en los intestinos de los animales pero también en algunos otros tejidos como el hígado.

Su principal efecto negativo en la salud de los peces e invertebrados es el bloqueo intestinal, dificultades en la reproducción y un debilitamiento que los hace más vulnerables a los depredadores. También pueden sufrir potencialmente efectos tóxicos cuyo alcance aún se desconoce. Hay que recordar que algunos plásticos liberan sustancias tóxicas, ya sean propias o absorbidas durante los años que han permanecido en el agua, como los plaguicidas.

Los investigadores han sospechado que los microplásticos eventualmente serían encontrados en el intestino humano. Un estudio estimó que las personas que comen regularmente frutos del mar podrían estar consumiendo unos 11.000 trozos de plástico por año.

Microplásticos en cosméticos

Estudio en Austria
Y según el estudio, presentado este martes en un congreso de gastroenterología que se está celebrando en Viena (Austria), contó con la participación de ocho voluntarios de otros tantos países, entre los que están, aparte de los citados, Finlandia, Polonia, Países Bajos y la propia Austria. Durante una semana tenían que comer y beber lo de siempre, anotando todo lo que ingerían, si era fresco o el tipo de envase que contenía los alimentos. Al cabo de ese tiempo, investigadores de la Universidad Médica de Viena y la agencia estatal para el medio ambiente del país alpino tomaron muestras de sus heces.

Los resultados muestran que, de los 10 plásticos buscados, encontraron nueve de ellos. Los más comunes fueron el propileno, básico en los envases de leches y zumos, y el PET, del que están hechas la mayoría de las botellas de plástico. La longitud de las partículas oscilaba entre las 50 y las 500 micras. Los investigadores encontraron 20 microplásticos por cada 10 gramos de materia fecal. Por el diario que llevaron los participantes, se sabe que todos consumieron algún alimento envasado y al menos seis comieron pescado. Pero la investigación no pudo determinar el origen de las partículas halladas en las muestras.

«Es el primer estudio de este tipo y confirma lo que veníamos sospechando desde hace tiempo, que los plásticos acaban llegando al intestino«, dice en una nota Philipp Schwabl, gastroenterólogo y hepatólogo de la Universidad Médica de Viena y principal autor del estudio. «Aunque en estudios en animales la mayor concentración de plásticos se ha localizado en el intestino, las partículas de microplástico más pequeñas pueden entrar en el torrente sanguíneo, el sistema linfático e incluso alcanzar el hígado», añade, concluyendo que urge investigar para saber «lo que esto implica para la salud humana»

Hace poco Greenpeace advirtió sobre esta problemática creciente.

L. R. C.