Tras pasar 24 años encarcelado y 16 en el corredor de la muerte, Ibar tendrá una nueva oportunidad en el juicio que se inició el 1 de Octubre con la selección del jurado Popular donde se volverá a revisar todo el caso.
Ibar fue condenado a muerte por el triple asesinato que sucedió en 1994 cuando apenas tenía 22 años en Miramar, una ciudad del condado de (Broward) Florida.
En febrero de 2016, la corte revocó a su favor, donde le otorgaron el derecho a volver a ser juzgado tras haber tenido un largo proceso de apelaciones.
Según el relato que recoge la corte suprema en el 2016, dos personas irrumpieron en la vivienda en la mañana del domingo, donde buscaron por toda la casa metiéndose objetos en sus bolsillos, golpearon rápidamente sucharski y uno de ellos disparó en la cabeza a las tres víctimas.
Este hecho fue registrado por una cámara de video que Sucharski había instalado en su casa hace unos pocos días antes de que suceda esta tragedia y fue así como la policía empezó a circular las fotos de baja calidad extraídas por las grabaciones para poder localizar a los sospechosos.
Tres semanas después, el departamento de la Policía de Miami Dade llamó a la policía de Miramar, donde les informa que tenían en custodia a un hombre acusado de robo y que se parecía a uno de los asesinos.
El hombre detenido por la policía de Miami era un joven, Ibar de 22 años que como el mismo admitió al periodista Nacho Carretero, quien escribió su libro sobre el caso que él en aquellas épocas no era un “ningún Ángel”.
Seis años después, en el 2000, un jurado popular lo condenó por el triple asesinato y un juez decretó contra él la pena de muerte.
Sin embargo Ibar siempre ha mantenido su inocencia y su esposa Tanya es su principal Coartada.
Tanya asegura que ella, quien entonces era una adolescente, estaba con el acusado de los hechos dijo en una conversación con BBC Mundo.
“Mi madre se había ido dos semanas a Irlanda y Pablo vino a quedarse conmigo ese fin de semana. Mi prima lo descubrió y llamó a mi madre para contárselo”, dice Tanya, que ahora tiene 40 años.
“Supe que era ese fin de semana porque el siguiente, el del primero de julio (día de la Independencia de Estados Unidos) nos fuimos fuera”, asegura la mujer.
Ante la ausencia de pruebas físicas contra él (ni huellas ni ADN), ese video “granuloso” fue la clave de la causa de la fiscalía contra Pablo, explica en su decisión escrita la Corte Suprema.
J.N.C.
