No tenía buena voz, la belleza física no era su mejor atributo. Según los críticos, él no tenía nada para conseguir el éxito en un escenario. Charles no los escuchó, y fue lo mejor que hizo. Más de 1 400 canciones grabadas, 800 de ellas compuestas por él mismo, casi 300 discos publicados, más de 100 millones de álbumes vendidos y salas de concierto llenas para escucharlo, aunque tenga más de 90 años, además de una extensa carrera en el cine le dieron la razón.
Charles Aznavour falleció la madrugada del lunes en el sur de Francia a los 94 años.
“No es importante. Lo importante es saber que mi trabajo será recordado”, dijo cuando descubría su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood. A los 93 años, los estragos de la edad ya le pasaban factura, le temblaban las manos y el pulso, pero nunca dejó de subirse a los escenarios.
La Bohéme, Venecia sin ti, La Mamma, y Emmenez – moi están dentro de sus canciones de un repertorio de notable tono nostálgico. Edith Piaf es una de las artistas que requirió su trabajo como compositor.
El amor y la pasión por lo que hacía le permitieron conquistar varias generaciones y visitar todos los continentes. Aznavour cantó en media docena de idiomas. Era respetado en lugares tan insospechados como Cuba, donde hace una década grabó un disco junto a Chucho Valdés. En Armenia –país a donde pertenece su familia- su verdadero nombre era Shahnour Vaghinag Aznavourian, fue nombrado embajador permanente de ese país en la ONU.
Fue declarado “Artista del entretenimiento del siglo” por la CNN en 1998. Mucha gente lo denominó el Frank Sinatra de Francia, allí él era –sencillamente- el “patrón” de la música francesa.
“Me gusta escribir lo que los demás no escriben”, contaba. Charles no tenía tabúes. Cantó y compuso sobre la homosexualidad en tiempos en los que nadie se atrevía. “Como en la literatura, la pintura, la fotografía o los artistas que se lo permiten todo, en una canción se puede decir de todo, a condición de que sea sincero, esté bien escrita y no sea vulgar”, decía al respecto.
Uno de los personajes que reaccionó a su música fue el presidente de Francia, Emmanuel Macron: “Era profundamente francés, aferrado visceralmente a sus raíces armenias, reconocido en el mundo entero, Charles Aznavour acompañó las alegrías y las penas de tres generaciones. Sus obras maestras, su voz, su influencia única le sobrevivirán largo tiempo”. La muerte del hombre que “calentó los corazones de cientos de millones de personas durante 80 años” es una pérdida universal, dijo el primer ministro armenio, Nikol Pachinian.
R.E.T
