La Mona Lisa siempre ha cautivado a expertos y aficionados por la belleza enigmática que trae consigo esta pintura que muestra una mujer de pose delicada con una media sonrisa.
Los científicos Mandeep R. Mehra, de la Escuela de Medicina de la universidad de Harvard, y Hillary R. Campbell, la universidad de California tienen una explicación a esa misteriosa belleza.
Mediante una carta dirigida al editor de la revista médica Mayo Clinic Proceedings, estos galenos explican la belleza de la pintura como un síntoma clínico del hipotiroidismo.
“El enigma de la Mona Lisa puede resolverse mediante un simple diagnóstico médico de una enfermedad relacionada con el hipotiroidismo”, explica Mehra en su carta.
Los investigadores observaron de forma detallada la pintura y encontraron en los rasgos de la mujer síntomas de este cuadro clínico que se evidencian físicamente. La principal característica fue el cuello abultado producto del bocio, dolencia asociada a la inflamación de la glándula tiroides y que es originada por la falta de consumo de alimentos ricos en yodo como los mariscos o los pescados.
Ambos científicos se centraron en la alimentación de la población de Florencia en 1503, año en el que Da Vinci empezó a pintar este retrato, y se llegó a la conclusión de que abundaban las legumbres, cereales y tubérculos y el consumo de especies marinas era casi nula.
Otros de los rasgos detectados fue la “piel amarillenta”, esto sería producto de una falla en el hígado que anula la facultad de convertir el caroteno en vitamina A. “Una completa falta de cejas y otras vellosidades en su piel pálida apoyan este diagnóstico”, afirman los investigadores.
La mujer se trata de Lisa Gherardini, esposa del mercader Francesco de Giocondo. Actualmente, esta pintura se exhibe en el museo Louvre en París, Francia.
R.E.T