Las ETS son infecciones que se contagian, en su mayoría, por contacto sexual sin protección. Puede ser sexo anal, oral o vaginal. Los fluidos como la sangre, el semen, líquido preseminal y los fluidos vaginales son los que transportarán las bacterias, hongos, parásitos o virus.
Existen más de 20 tipos de ETS, todas con consecuencias y tratamientos diferentes. Las enfermedades o infecciones de trasmisión sexual más frecuentes son gonorrea, clamidia, sifilis, herpes genial, tricomoniasis, hepatitis B, hepatitis C y el VIH/SIDA.
Las ETS son diversas, por lo tanto, presentan distintos síntomas y en algunos casos ni se presentan; sin embargo, encontramos algunos indicios que podrían indicar la existencia de ETS, tenemos por ejemplo: dolor o ardor al orinar, erupción cutánea en el tronco, manos o pies, heridas en la boca, manchas en la piel, heridas en las zonas genitales, presencia de verrugas en los genitales, también fluidos con olor inusual o desagradable.
Muchas veces este tipo de enfermedades no se reconocen a tiempo por el motivo de que muchas veces no presenta síntomas, por eso es importante realizarse exámenes médicos, análisis de orina o sangre cuando se haya comenzado la vida sexual. En el caso de mujeres embarazadas estos análisis son obligatorios para descartar una ETS o empezar un tratamiento médico.
Las enfermedades de trasmisión sexual a causa de hongos, parásitos o bacterias pueden ser tratadas por antibióticos, pero los que son causados por algún tipo de virus por el momento no son curables; sin embargo, también existen tratamientos para controlar la enfermedad y sus síntomas.
La única forma de protegernos de un posible contagio de ETS es usar preservativos o campos de látex durante todo el encuentro sexual. La sexualidad es un derecho y para vivirla de forma plena y sana es necesario que tomemos decisiones responsables.
L. H. L.