Quizás el primero, único y último acto digno de PPK en su lobista vida sería el de renunciar inmediatamente a la presidencia de la república (si es que no lo ha hecho ya al momento de publicar estas líneas) pero, además de ello, hasta debería convertirse en un colaborador eficaz de la justicia para arrastrar con él a todo su entorno empresarial y político envuelto en la enorme maraña de corrupción ya evidenciada.
Tal vez así, y solo así, tendría la remota posibilidad que, en su pronta entrevista con San Pedro, éste le diga (parafraseando al propio PPK) “has actuado bien, Pedro Pablo…”. En caso contrario, no le quedaría más remedio que resignarse a arder eternamente en la quinta fosa del octavo círculo del infierno que corresponde a los corruptos, como lo describe la inmortal obra clásica “La Divina Comedia”, de Dante Alighieri; y, más terrenalmente, al oprobio en la memoria histórica de nuestro país, aunque esto último ya se lo ha ganado sin mayor esfuerzo.
De otro lado, podría pensarse que la cuestión ya estaría zanjada, sea con la renuncia o con la vacancia, pero no es improbable que aun en este escenario todavía queden no pocos congresistas que, sin importarles las evidencias mostradas, están aún a la espera de que postor les ofrece las mejores e indebidas ventajas para recién tomar una decisión, de acuerdo a sus cálculos, más que políticos, económicos, sin importarles para nada el destino de la nación.
Recordemos que las abstenciones, el ausentismo y decididamente el voto en contra la vacancia presentada en el mes de diciembre del año pasado, fueron actitudes tomadas hasta por las bancadas de izquierda, las mismas que hoy impulsaron también, en una tardía reacción esta nueva vacancia.
Demás está decir que el negociado “indulto por no vacancia” no necesita más demostración y que esto debería desinflar las aspiraciones presidenciales de Kenji Fujimori, pero no nos deberá extrañara que, pese a todo, aun continúe teniendo numerosos adeptos que tratarán de defender lo indefendible o simplemente comparten la mentalidad de nuestros políticos que ven en el erario público un botín a su alcance. De la otra orilla, la nunca suficientemente cuestionada hermana del susodicho podría considerar la vacancia como un éxito político que la fortalecería tanto en su influencia en el ejecutivo como en sus aspiraciones presidenciales, pero ese es otro frente al que inmediatamente hay que atacar inteligentemente y con prudencia una vez producida la vacancia.
A todo esto, la gran cuestión es que no tenemos ninguna alternativa visible entre los movimientos políticos y sus líderes conocidos que puedan garantizar que las cosas van a cambiar en un futuro cercano. Lamentablemente lideres clientelistas que, con dádivas y ofrecimientos pese a sus cuestionamientos, siguen siendo de simpatía de un amplio sector de la población. Por este motivo la tarea, más que de los políticos, es de la propia población peruana, para que deje de creer en los bandos políticos de siempre, cualesquiera que sean su posición, “izquierda” o “derecha”, pues hemos vistos como ambos extremos se juntan con tal de defender y mantener sus privilegios, así como lograr la impunidad.
El otro grave riesgo es caer en fundamentalismos extremistas o violentistas que con el pretexto de cambiar el sistema y acabar con la corrupción solo buscan instaurar solapadamente ideologías sectarias para tratar de capturar el poder y perennizarse en el a cualquier costa, teniendo como modelos los sistemas similares da otros países, a los cuales no ocultan su admiración.
Estos dos últimos aspectos merecen un mayor desarrollo y debate que iremos ampliando en próximos artículos. Culminamos el presente texto citando nuevamente lo que escribimos en una publicación anterior en esta misma página con ocasión del primer pedido de vacancia:
“…nuestro autor citado, Salazar Bondy, en las líneas iniciales de su referida obra (Entre Escila y Caribdis) afirma que: “Hay épocas de estabilidad, épocas de fermentación y épocas de decisión realizadora. Hablar de un país hic et nunc (aquí y ahora) es hablar en el tono y con la resonancia de una de estas épocas, con el lenguaje y las valoraciones que ella impone a nuestra perspectiva personal y social.” Quizás, entonces, ya debemos superar esta época de fermentación y afirmarnos en una época de decisión realizadora.”
Pedro Miguel Zea Alayo
Secretario de Organización del Centro Federado de Periodistas de Lima, base de la Federación de Periodistas del Perú
Coordinador General de Agencia de Noticias Pachamama.