Controversia diplomática: Gesto de Boluarte que incomodó al Papa León XIV durante ceremonia en el Vaticano

El intento de Dina Boluarte por detener al papa León XIV durante su entronización generó incomodidad en el Pontífice y críticas por romper el protocolo en un acto de alta visibilidad internacional.

En un breve encuentro, Boluarte expresó el cariño del país al pontífice. Fuente de Imagen: Captura del video Vatican News.

Durante la solemne misa de entronización en la Basílica de San Pedro, Boluarte protagonizó un momento incómodo al intentar detener al pontífice con ambas manos, presuntamente para dirigirle unas palabras. Las imágenes del episodio se difundieron rápidamente por redes sociales y medios internacionales, generando desconcierto y una ola de críticas tanto en el Vaticano como en el Perú.

Un momento fuera del protocolo

Según testigos presenciales y fuentes diplomáticas, el papa León XIV, que avanzaba entre los asistentes tras concluir la ceremonia, no esperaba la acción de la mandataria peruana. El gesto fue percibido como una violación del protocolo vaticano, donde el contacto físico con el sumo pontífice está estrictamente regulado y reservado para momentos específicos. La reacción del papa fue sutil pero evidente: un gesto de incomodidad y desconcierto, seguido de su rápida continuación del recorrido. Este tipo de actos no son comunes en audiencias papales, donde los jefes de Estado suelen limitarse a breves saludos formales, salvo que hayan sido autorizados previamente para una conversación privada o protocolar extendida.

Silencio presidencial y ausencia de vocería oficial

El episodio tomó mayor relevancia debido al silencio sostenido de Boluarte ante los medios de comunicación. Como viene ocurriendo desde hace más de 200 días, la presidenta evitó responder preguntas de la prensa peruana y extranjera apostada en el Vaticano. Tampoco su equipo de vocería emitió una declaración oficial explicando el contexto del gesto o el contenido del breve diálogo que buscaba entablar con el pontífice. Fuentes del Ministerio de Relaciones Exteriores indicaron que Boluarte y el canciller Elmer Schialer sostuvieron una reunión privada con el papa en la sacristía antes de la misa. Sin embargo, no se revelaron los temas abordados, lo que ha dado pie a especulaciones en Lima sobre la naturaleza de la conversación, especialmente en el contexto político y social que atraviesa el país.

El gesto de la mandataria en el Vaticano generó tensión y críticas diplomáticas. Fuente de Imagen: Infobae.

Reacciones y críticas en Perú

En Lima, las reacciones no se hicieron esperar. Líderes de opinión, analistas y representantes de la Iglesia Católica peruana calificaron el gesto como una falta de tacto diplomático y de respeto institucional.

“La investidura de un papa no es una ocasión para gestos espontáneos ni para escenas improvisadas. La presidenta debe comprender que representa a toda una nación, y en ese rol se espera compostura y protocolo”, señaló la politóloga Marisol García desde la Universidad del Pacífico. El incidente también ha reavivado el debate sobre la relación entre el actual gobierno y la Iglesia, en especial con un papa que ha expresado previamente su preocupación por la situación social del país, incluyendo las protestas en regiones como Puno, que dejaron decenas de muertos durante los primeros meses del mandato de Boluarte.

¿Impacto en las relaciones bilaterales?

Aunque el Vaticano no ha emitido comentarios oficiales sobre el incidente, expertos en diplomacia vaticana afirman que este tipo de gestos pueden afectar el clima de cordialidad entre un Estado y la Santa Sede. El papa León XIV, que ha abogado en repetidas ocasiones por el respeto a los derechos humanos y la necesidad de escuchar al pueblo en contextos de crisis, podría interpretar el acto como un símbolo de la desconexión de la mandataria con las formas institucionales del diálogo.

Por ahora, queda por ver si la presidenta ofrecerá una explicación pública o si el gesto será simplemente archivado como un desliz diplomático en una jornada que debía unir al país bajo una figura espiritual común.