
La Defensa Civil Palestina informó que entre los fallecidos se encuentra la familia Shehab, que murió en un ataque en Jabalia. También se confirmó la muerte de Hasan Samour, un periodista de Al Araby TV, que perdió la vida junto a 11 miembros de su familia en Khan Younis. Las morgues locales, como el Hospital Nasser, están desbordadas, tratando de atender a los heridos y gestionar los cuerpos de las víctimas.
Los bombardeos se produjeron en un contexto de creciente tensión, tras la ruptura de una tregua de dos meses por parte de Israel en marzo. Desde entonces, casi 3,000 personas han muerto en Gaza, y se estima que medio millón de palestinos enfrentan el riesgo de hambruna debido al bloqueo impuesto por Israel.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha prometido intensificar la ofensiva para eliminar a Hamás, lo que ha sido criticado por diversos organismos internacionales. Human Rights Watch advirtió que el plan de Israel podría acercarse al exterminio, instando a la comunidad internacional a intervenir.
Mientras tanto, el presidente de EE. UU., Donald Trump, reconoció la grave crisis humanitaria en Gaza, afirmando que «mucha gente se muere de hambre». Sin embargo, no se han logrado avances significativos en las negociaciones para un alto el fuego.
Los recientes ataques han dejado a la población de Gaza en una situación crítica, con un 90% de los habitantes desplazados y muchas áreas en ruinas. La situación se vuelve cada vez más desesperada, con testimonios de sobrevivientes que describen la angustia y el caos en medio de los bombardeos.
La comunidad internacional observa con creciente preocupación la escalada de violencia, mientras las conversaciones sobre la liberación de rehenes y el cese de hostilidades parecen estancadas. A medida que las cifras de muertos aumentan, también lo hacen las voces que piden un alto el fuego inmediato y una solución duradera al conflicto.