Asesinan en chifa de SJL a taxista con su hija en brazos, quien resultó herida.

El crimen fue ejecutado con total frialdad en una zona concurrida de San Juan de Lurigancho. La víctima era un taxista sin antecedentes conocidos. La Policía no descarta un ajuste de cuentas, pero el móvil sigue sin esclarecerse.


San Juan de Lurigancho volvió a ser escenario de un violento hecho de sangre que conmociona a la opinión pública. En horas del almuerzo del último domingo, Giancarlo Silva Bazán, de 29 años, fue brutalmente asesinado a balazos por presuntos sicarios dentro del restaurante chifa “Dragoncito”, ubicado en la cuadra 9 de la avenida Las Lomas. Lo más desgarrador: el crimen ocurrió frente a su pequeña hija de apenas un año y medio, quien resultó herida por una bala perdida.

Los familiares de la víctima han manifestado que desconocen si su pariente era víctima de amenazas o extorsión. | Fuente de Imagen: RPP

Un ataque ejecutado a sangre fría

Testigos informaron que dos hombres a bordo de una motocicleta llegaron al local poco antes de las 2:00 p.m. Uno de ellos descendió con un arma en mano, ingresó al restaurante sin intercambiar palabra y disparó dos veces directamente a la cabeza de Silva Bazán, quien sostenía a su hija en brazos en ese momento. La menor fue alcanzada por uno de los proyectiles, lo que motivó la rápida reacción de los presentes, quienes ayudaron a trasladarla de urgencia a un centro de salud cercano.

El cuerpo del padre quedó tendido en una de las mesas del establecimiento, mientras su hija era atendida por paramédicos. Según los primeros reportes médicos, su estado es delicado pero estable. La comunidad médica y los vecinos del sector han expresado su indignació

Los familiares de Silva Bazán descartaron vínculos con el crimen organizado. Aseguraron que el joven trabajaba como taxista y se dedicaba de forma íntegra a cuidar de su familia. No habría recibido amenazas previas ni se le conocían problemas judiciales.

Pese a ello, fuentes policiales indicaron que no se descarta ninguna hipótesis, incluyendo un posible ajuste de cuentas, un error de identidad o incluso un ataque dirigido por razones personales aún no reveladas. La División de Homicidios de la Dirincri ya investiga el caso, revisando cámaras de seguridad en las inmediaciones del local para identificar a los autores materiales e intelectuales.

Una comunidad en estado de alarma

El crimen ha causado consternación en San Juan de Lurigancho, distrito que vive bajo estado de emergencia desde hace meses por el avance de bandas criminales, extorsión y sicariato. Sin embargo, vecinos denuncian que la presencia policial es insuficiente y que los hechos de violencia continúan en aumento.

“Ya ni almorzar en paz se puede. ¿Dónde está la seguridad? Esa criatura podría haber muerto también”, lamentó una residente del sector.

El Ministerio del Interior aún no se ha pronunciado sobre este caso específico, pero desde la Policía se informó que se ha activado un operativo para capturar a los responsables, quienes huyeron a bordo de la motocicleta en dirección desconocida.

Este crimen se suma a una preocupante cadena de asesinatos por encargo en zonas populares de Lima. El uso de sicarios para eliminar objetivos a plena luz del día, incluso en presencia de niños, refleja el grado de descomposición que vive la seguridad ciudadana en algunos sectores urbanos del país.

Mientras tanto, la familia de Giancarlo Silva Bazán clama justicia y exige que el caso no quede impune. La vida de su hija, ahora hospitalizada, pende de un hilo, y el trauma emocional que dejará este suceso será imborrable.