China advierte a EE.UU. UU. que América Latina   no esta dispuesta a ser el patio trasero de nadie

El ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, respondió con firmeza al gobierno de Trump, asegurando que América Latina no pertenece a ninguna potencia y tiene derecho a elegir sus propios socios

El ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, respondió con firmeza a las recientes declaraciones de un funcionario estadounidense, en las que se cuestionaba la creciente influencia china en América Latina. Según Wang, los países de la región están interesados ​​en forjar su propio futuro, sin depender de ninguna potencia extranjera. «Lo que buscan es independencia, no ser dominados», afirmó el canciller chino, en un comunicado emitido por la Embajada de China en Brasil.

Estas declaraciones se dan en medio de la continua guerra comercial entre Estados Unidos y China, un conflicto que involucra aranceles del 145% a productos chinos, como parte de un enfrentamiento más amplio que afecta a más de 180 socios comerciales, pero que tiene a China como su principal adversario.

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, comentó que el presidente Donald Trump había señalado que China tiene una presencia excesiva sobre el Canal de Panamá, y aseguró que el gobierno estadounidense se propone “recuperar” el control de esa área estratégica. «Eso es precisamente lo que me han encargado: no podemos permitir que la influencia de China controle nuestro patio trasero, especialmente cuando se trata de una ruta fluvial tan vital como el Canal de Panamá».

Estas declaraciones han generado inquietud en diversos gobiernos latinoamericanos, que ven con preocupación cualquier intento de reintroducir la Doctrina Monroe bajo nuevas formas. En los últimos años, China ha establecido acuerdos comerciales y de cooperación con países como Brasil, Argentina, Perú y Panamá, consolidándose como el principal socio comercial en muchos de ellos. Paralelamente, ha implementado una estrategia diplomática que resalta el respeto por la soberanía de cada nación y promueve un desarrollo común.

La respuesta de China busca posicionarse como un contrapeso frente a una narrativa estadounidense que, según Pekín, «ignora la madurez política y económica de América Latina». Además, esta postura envía un mensaje a los países de la región, alentándolos a rechazar enfoques unilaterales y abrazar una visión multipolar que promueva el diálogo y la inversión sin condiciones.