Mali acusa a Argelia de agresión y apoyo al terrorismo tras derribo de dron

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Ricardo Sánchez Serra

El Gobierno de la Transición de Malí ha emitido, ayer, un comunicado oficial, mediante el cual condena enérgicamente la destrucción de un dron militar maliense por parte de Argelia. Este incidente, ocurrido la noche del 31 de marzo al 1 de abril cerca de la ciudad maliense fronteriza de Tinzawatène, ha escalado las tensiones diplomáticas entre ambos países y ha generado una respuesta conjunta por parte de la Confederación de Estados del Sahel (AES), integrada por Malí, Níger y Burkina Faso.

En efecto, y según el documento oficial de Bamako, un dron de las Fuerzas Armadas Malienses se estrelló en Tinzawatène, cerca de la frontera entre Malí y Argelia. La investigación llevada a cabo por las autoridades de Mali concluye que el aparato fue derribado por disparos hostiles argelinos, y que el dron nunca abandonó el territorio maliense tal como pretende el régimen argelino, solicitando pruebas concretas a Argelia sobre la supuesta violación de su espacio aéreo, sin obtener respuesta satisfactoria hasta ahora.

Así, y tras este grave percance, el gobierno maliense calificó el violento acto como una «agresión sin precedentes» acusando a Argelia de obstaculizar los esfuerzos contra el terrorismo en la región del Sahel, tristemente conocida por dar cobijo a todo tipo de separatistas y terroristas que se empinan en socavar los esfuerzos tendientes a instaurar el progreso, la paz y la estabilidad en esta frágil zona del Sahel.

Es de relievar que, en su comunicado oficial, Bamako afirmó que el derribo impidió la neutralización de un grupo terrorista que planeaba atentados contra los países miembros de la Confederación de los Estados del Sahel (AES). Además, acusó al régimen argelino de “exportar terroristas” y «patrocinar el terrorismo internacional» y anunció su retirada inmediata del Comité de Estado Mayor Operacional Conjunto (CEMOC), un organismo regional creado en abril de 2010 con el objetivo de coordinar la cooperación militar y las operaciones conjuntas entre Argelia, Malí, Mauritania y Níger, y que tiene su sede en la ciudad de Tamanrasset, al sur de Argelia.

A su vez, y por medio de un comunicado conjunto, los jefes de Estado de la Confederación de los Estados del Sahel (AES) condenaron enérgicamente dicho incidente, calificándolo como una «agresión contra todos los Estados miembros» y llamaron a consultas a sus embajadores en Argelia. Además, exigieron al gobierno argelino adoptar una postura constructiva y contribuir a la paz y seguridad en el Sahel.

Cabe recordar que el pasado jueves, representantes de Níger, Malí y Burkina Faso, los tres países de la Alianza de Estados del Sahel, se reunieron con su homólogo ruso para tratar temas relativas al fortalecimiento de la cooperación militar y económica. En la misma ocasión, el Ministro de Asuntos Exteriores de Malí, Abdoulaye Diop, acusó a Argelia de apoyar el terrorismo durante una conferencia de prensa conjunta con su homólogo ruso, Sergei Lavrov.

La decisión de la Confederación de los Estados del Sahel de retirar a sus Jefes de Misiones diplomáticas acreditados en Argelia representa un golpe significativo para los esfuerzos del diálogo y la cooperación regional en materia de la lucha contra el terrorismo en una región marcada por la presencia de separatistas y grupos extremistas como Al Qaeda y el Frente Polisario, cuya alianza está ampliamente documentada y conocida por todos; lo que confirma, si todavía quedan dudas, la fuerte conexión existente entre el Separatismo y el Terrorismo.