
La violencia se cobró la vida de Loymer Noé Benigno, conductor de 38 años de la empresa Etuchisa, quien fue brutalmente asesinado el pasado viernes en la avenida Alfredo Mendiola, Los Olivos. El crimen, perpetrado mientras Benigno transportaba pasajeros en su ruta habitual, ha dejado una profunda conmoción en el gremio de transportistas del norte de Lima.
La muerte de Loymer Noé Benigno pone de manifiesto la alarmante ola de inseguridad y extorsiones que acosan a los conductores del transporte público. Ante este panorama, los transportistas realizaron un paro general para el lunes lunes último, con el fin de exigir una respuesta contundente y urgente de las autoridades frente a la creciente violencia en el sector.

La movilización se inició a las 4:00 a. m. en el paradero Fundición, en Puente Piedra, con la participación de empresas como Consorcio, Vipusa y El Rápido. Los organizadores extendieron una invitación abierta a toda la población para que se una a esta protesta pacífica en contra de la inseguridad que afecta a todos. ‘Hacemos un llamado a nuestros compañeros, a los trabajadores de Gamarra, a los comerciantes, a los universitarios, a todos los ciudadanos, a que se sumen a esta marcha contra la violencia’, señaló un transportista a Latina Noticias.
Los conductores del transporte público advierten que las extorsiones y amenazas son una constante que empaña su labor cotidiana. Según relatos recogidos, el asesinato de Benigno no es un hecho aislado, sino un trágico ejemplo de una ola de violencia que ha cobrado la vida de numerosos conductores en los últimos años.

Más allá de la paralización de sus actividades, los transportistas han suspendido sus labores como símbolo de duelo y protesta. Desde el viernes, más de 60 vehículos de la línea C de Etuchisa han quedado fuera de circulación, evidenciando cómo los actos de violencia impactan no solo en el transporte público, sino también en las vidas de los trabajadores del sector.
Este paro tiene como objetivo honrar la memoria de Loymer Noé Benigno, quien trabajó durante 16 años en la empresa y deja a su familia en la orfandad, mientras se exige medidas urgentes de seguridad para todos los conductores y sus familias. La comunidad pide que las autoridades tomen cartas en el asunto y garanticen soluciones efectivas ante este problema que afecta a todos los ciudadanos.