El vocero de la presidenta Dina Boluarte, Fredy Hinojosa Angulo, enfrenta serias acusaciones en el marco del caso Qali Warma. Según la tesis fiscal, Hinojosa fue una figura clave en una presunta organización criminal liderada por el fallecido empresario Nilo Burga Malca.
La investigación, realizada a cabo por la Primera Fiscalía Provincial Corporativa Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios de Lima, señala que esta red buscaba favorecer a la empresa Frigoinca mediante contratos millonarios con el programa escolar de alimentación del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social.
El Poder Judicial ordenó el levantamiento del secreto bancario de Hinojosa, Burga y otros implicados, con el objetivo de esclarecer los presuntos delitos de colusión agravada, tráfico de influencias y cohecho. Entre las irregularidades destacan la supuesta manipulación de las categorías de los productos alimenticios para declararlos como «macroregionales», evitando así controles como las pruebas de ADN en las conservas.
La red y su modus operandi
La Fiscalía sostiene que la organización criminal estaba integrada por al menos 14 personas con roles específicos, entre ellos funcionarios públicos y operadores privados. Nilo Burga, sindicato como el líder, habría diseñado un plan basado en sobornos de hasta S/500 para asegurar contratos. Además, se le acusa de utilizar ingredientes de baja calidad, como carne de caballo y desechos cárnicos, para reducir costos en los productos destinados a los niños más vulnerables del país.
Burga también habría creado empresas fantasma como «Tierra Inca Foods», que simulaban ser macrorregionales para obtener beneficios exclusivos y evitar auditorías. Estas prácticas derivaron en la distribución de alimentos adulterados, generando casos de intoxicaciones masivas entre los estudiantes beneficiarios de Qali Warma.
El papel de Fredy Hinojosa
Como director ejecutivo de Qali Warma entre 2019 y 2022, Hinojosa habría facilitado las irregularidades al favorecer a Frigoinca como proveedor exclusivo. Aunque esta empresa no contrató directamente con el Estado durante su gestión, sí operaba como fabricante registrado, obligando a los proveedores a adquirir exclusivamente las conservas «Don Simón». La Fiscalía también lo acusa de coordinar con personal interno para evitar controles de calidad que puedan exponer las deficiencias de los productos.
Implicados y sobornos
Entre los principales colaboradores de Burga destacan sus hijos, quienes, según la Fiscalía, gestionaban los sobornos y aseguraban la producción de los alimentos adulterados. También se señala la participación de Noemí Alvarado Llanos como intermediaria clave para la entrega de pagos ilícitos, y Edgar Capani Paucar, encargado de manipular la calidad de las conservas cárnicas.
Consecuencias
El caso Qali Warma no solo pone en evidencia un esquema de corrupción que perjudicó a los niños más pobres del país, sino que también plantea serias interrogantes sobre la transparencia en la gestión pública. Mientras las investigaciones avanzan, la sociedad exige sanciones ejemplares para quienes lucraron a costa de la salud y el bienestar de los menores.