Las autoridades anunciaron hace poco la inauguración de una clínica en Teherán que ofrecerá asistencia científica y psicológica a mujeres que experimentan presiones relacionadas con el uso del hiyab. A pesar de que se presenta como una opción voluntaria, la apertura de este centro parece ser una forma de presionar a aquellas que cuestionan las restricciones sobre la vestimenta.
El Parlamento aprobó una ley en 2023 que establece castigos para las mujeres que violen el estricto código de vestimenta con condenas de cárcel de hasta cinco años en caso de reincidencia, multas de hasta 2.000 dólares, la confiscación de automóviles y la prohibición de conducir, además de deducciones de salario o prestaciones laborales o la prohibición de viajar.
Mehri Talebi Darestani, directora del Departamento de la Mujer y la Familia de la Sede de Teherán para la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio, comunicó recientemente la inauguración de las “Clínicas de Rehabilitación de la Falta del Hiyab”. Estas clínicas ofrecerán “servicios de apoyo psicológico, asesoramiento y acompañamiento a quienes experimentan presión para abandonar el uso del hiyab”.
La revelación de la nueva clínica ocurrió después de que, a principios de mes, una joven fuera arrestada en Teherán por permanecer en ropa interior dentro de una universidad. Este gesto fue interpretado como una forma de protesta, tras un supuesto incidente con la seguridad del recinto relacionado con el uso del velo. Recordemos, que desde la muerte de Amini en septiembre de 2022, muchas mujeres iraníes han optado por no usar el velo como una forma de desobediencia civil. Amini había sido detenida por la Policía de la Moral por no llevar correctamente el velo islámico, y su fallecimiento desató masivas protestas en el país.