La Avenida Abancay fue cerrada al tránsito vehicular tras la llegada de cientos de manifestantes que se concentraron en los exteriores del Congreso de la República, en el centro de Lima. La protesta, que agrupó a diferentes colectivos sociales, exige la atención a diversas demandas, entre ellas la mejora de los servicios de salud y educación, además de cuestionamientos al desempeño de los representantes del Poder Legislativo.
La movilización tomó por sorpresa a las autoridades, quienes rápidamente desplegaron un contingente policial para asegurar el perímetro del Congreso y evitar el ingreso de manifestantes a la sede Parlamentaria. En respuesta, la Policía Nacional del Perú (PNP) ordenó el cierre temporal de la Avenida Abancay, una de las principales arterias de la ciudad, generando gran congestión vehicular en el centro capitalino.
Las autoridades municipales implementaron desvíos en las vías aledañas para aliviar el tráfico, redirigiendo a los conductores hacia avenidas como Nicolás de Piérola, Grau y el Paseo Colón. Sin embargo, el flujo vehicular se ha visto severamente afectado, provocando retrasos significativos en el transporte público y privado.
Así mismo, se han reportado enfrentamientos menores entre algunos manifestantes y efectivos policiales, quienes utilizaron gases lacrimógenos para dispersar a las personas que intentaban sobrepasar las barreras. Varias estaciones de transporte público en la zona también suspendieron temporalmente sus servicios por seguridad.
Hasta el momento, no se registraron heridos graves, aunque se alertó la presencia de algunas personas atendidas por efectos de los gases lacrimógenos. La Defensoría del Pueblo hizo un llamado a la calma y al diálogo para evitar que la situación se agrave.