Un crimen más se suma a la ola de criminalidad que se vive actualmente en nuestro país. Cada vez más avezados y sin piedad delincuentes se dirigen a lograr su cometido sin importarle hora, lugar ni quien esté ahí para presenciarlo.
Ate, uno de los distritos declarados en estado de emergencia, era el lugar donde Julio César Pacheco Pimentel, docente de profesión, brindaba clases en el turno tarde del colegio Julio César Tello.
Con engaños y sin que nadie se espere esta tragedia, un hombre, quien vestía un chaleco y gorro, se presentó a la puerta del colegio como un repartidor y pidió al encargado de la puerta llamar al profesor para poder entregarle el supuesto paquete.
Pacheco, sin imaginarlo, se dirigió al portón rodeado de niños que terminaban su horario escolar, cuando de pronto el sujeto rápidamente abre su chaleco, saca el arma y dispara a quemarropa.
Los niños perplejos por la situación corren y ven al docente tendido en el portón de ingreso del colegio mientras el delincuente huye para finalmente subir a una motocicleta manejada por su cómplice.
Ahora, después de este tan lamentable hecho, se puede ver a un contingente policial y militar resguardando la puerta del colegio, sin embargo, deja mucho que pensar sobre la firmeza y seriedad del denominado “Estado de Emergencia” donde se supone se encuentran las autoridades velando por la integridad de sus ciudadanos.