Los cuerpos sin vida de cinco varones y cuatro mujeres fueron abandonados en el cruce de las calles Lincoln y Porfirio Díaz, en la colonia Viveros de la ciudad fronteriza de Nuevo Laredo, estado norteño de Tamaulipas, México.
Las víctimas estaban apiladas, con poca ropa y ensangrentados, con una cartulina que decía: «Esto no es un juego sobrino»; al parecer se trataría de un ajuste de cuentas por los claros signos de tortura que presentaban.
«La Procuraduría General de Justicia de Tamaulipas inició una carpeta de investigación con relación al homicidio de 9 personas en Nuevo Laredo», declaró Luis Alberto Rodríguez, portavoz de seguridad de dicho estado.
Hasta el momento no se ha podido confirmar la identidad de las víctimas ni a los responsables, pese a que medios locales atribuyen el hecho al cártel narco Los Zetas.
Por su parte, la Vocería de Tamaulipas recomendó a los ciudadanos evitar transitar por esas calles, por una «situación de peligrosidad» y se negó a dar más detalles hasta finalizar las investigaciones correspondientes.
N.R.C.H