Ricardo Sánchez Serra*
La Embajada de Ucrania acaba de publicar un comunicado en su Facebook, en el que señala que no participará en la Expo Embajadas 2024, que organiza la Municipalidad de San Isidro, con más de 30 representaciones diplomáticas. Su decisión se debe a la participación de la Embajada de Rusia en la Expo.
Y lo hace a 24 horas del evento, con alevosía, premeditación y ventaja, sin duda, con malcriadez y desconsideración para con los organizadores y a los peruanos en general, porque desde un principio se sabía y públicamente de la participación rusa en este evento cultural, turístico y gastronómico, que nada tiene que ver con lo político.
Es más, desde hace más de una semana la Embajada de Ucrania se comunicó con la Municipalidad de San Isidro para tratar de evitar que la misión rusa participe, recibiendo una rotunda negativa, porque es un evento cultural y que ningún país debe ser discriminado. Es el camino correcto.
Cabe mencionar que la Embajada ucraniana tiene todo el derecho de desistir a una invitación, pero no tiene el derecho de pedir que a otro país no se le invite o se le excluya, luego de haber sido convidado.
Ante la decisión municipal, ¿por qué, entonces, no se excusó de intervenir en el evento? ¿Por qué esperó el último momento? Sin duda, la motivación fue para hacer escándalo, además de aprovechar para insultar a Rusia, un país amigo del Perú, como lo es Estados Unidos, China, los Estados de la Unión Europea. muchas otras naciones más y la propia Ucrania.
Las instituciones peruanas y sus funcionarios, estatales y privados, ya están acostumbradas a no hacer caso a las rabietas de la Embajada de Ucrania, que cuando Rusia pretende hacer un evento cultural, artístico o académico, que nada tiene que ver con lo político, los funcionarios de la Embajada de marras, llaman o escriben a los funcionarios peruanos para que eviten la participación rusa o si ya se realizó, urden su protesta inmediata.
Esto, señora presidente de la República, señor ministro de Relaciones Exteriores, es interferencia en asuntos internos.
Es más, la Embajada de Ucrania también protestó airadamente y condenó la participación de varios congresistas peruanos, en un foro parlamentario latinoamericano en Moscú. Algo parecido sucedió en Chile con otra nación, y que tanto el Congreso como la Cancillería del vecino país, llamaron al embajador y le dieron una reprimenda, hecho que lamentablemente no sucedió en el Perú.
Lo más grave de todo, es que la Embajada de Ucrania envió dos misivas a la Cancillería, protestando por la reparación de los helicópteros rusos, sin recibir respuesta, por cierto. Ello no solo configura intervención en asuntos internos, sino también, atentado contra la seguridad nacional.
El Perú, sus instituciones y los peruanos en general, deben vivir alejado de conflictos que no nos van, ni nos vienen. Y todas las embajadas y sus funcionarios deben comportarse de acuerdo a la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas. Así todos viviremos en paz.
*Premio mundial de periodismo «Visión Honesta 2023»