«Lo más difícil de mi trabajo es decir no. Las ediciones limitadas tienen que ser un regalo a nuestros mejores clientes», fue la justificación que dio Enrico Galliera, director de marketing de Ferrari, a quien graciosamente han apodado “Dr. NO”; esto a fin de justificar porque no se permitió la compra del último modelo de Ferrari a Preston Henn.
El coleccionista estadounidense tiene 85 años, es un piloto de carreras y además es dueño de una amplia colección de autos, entre los que destacan un Ferrari 275 GTB Speciale de 1965, un Ferrari 365 GTB/4 Daytona Spyder de 1971, un Ferrari F40 de 1985, un Ferrari F50 de 1995, un Ferrari Enzo de 2003 y recientes Ferrari 458 Speciale y Ferrari 488 GTB. Sin embargo esto no fue suficiente cuando quiso adquirir LaFerrari Aperta, la edición especial convertible de un deportivo que roza los mil caballos de potencia. Henn demandó a la compañía por daño moral, tanto su reputación en el ámbito profesional como personal, exigiendo una indemnización de 75 mil dólares.
Galliera, aseguró que esta adquisición era desleal y que la edición limitada de la última edición Ferrari ya había colocado 200 unidades entre sus más fieles compradores, «Lo que hacemos es aplicar unos criterios para identificar y recompensar a los buenos clientes»,
Del mismo modo, defendió que dicha exclusividad restrinja la venta a sus propios empleados de la fábrica, «Con una producción tan limitada y unos clientes que esperan tanto tiempo para conseguir sus autos, no estaría bien entregárselo a uno de nuestros trabajadores», finalizó.
N.R.C.H