El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) señaló que la economía de país presentó una caída de 0,6% y el sector productivo más afectado fue la pesca, que cayó 20%. Los fenómenos climáticos afectaron a esta actividad, en especial a la pesquería industrial, que se dedica a la extracción de anchoveta, la cual aporta en 80% al PBI del pesquero.
La pesca industrial en el Perú se lleva a cabo en dos temporadas, la primera, y más importante, entre los meses de abril y julio. Mientras que la segunda inicia en noviembre y culmina en enero. Según el Instituto del Mar del Perú (Imarpe), el primer semestre de 2023 se vió afectado por el fenómeno El Niño Costero, lo cual provocó un aumento de temperatura del agua y las anchovetas se refugiaron a más de 150 metros de profundidad, por lo que su captura fue imposible, ya que en la superficie solo estaban las juveniles.
Ante esta situación, el economista Juan Carlos Ocampo explica que capturar una anchoveta “adolescente” pone en peligro a la biomasa, ya que aún no se ha reproducido. Además, señaló que trabajar con una anchoveta joven disminuye la calidad de la harina, por lo que el precio a nivel internacional podría bajar.
Al no ver una mejora y después de varias reuniones entre los gremios industriales y las autoridades del sector pesquero, el Ministerio de la Producción (Produce) oficializó en junio que la primera temporada no se iniciaría. Sin embargo, la presión por cumplir con los pedidos de harina y aceite de pescado llevó a que se apruebe la segunda temporada, entre octubre y la segunda semana de enero del 2024, aunque no se completó la cuota de captura asignada de 1,6 millones de toneladas, llegando solo a superar el 70% del pedido.
El director de Pesquerías de Oceana Perú, Juan Carlos Sueiro, indicó que la primera temporada del 2024 no será una normal ni abundante, ya que las condiciones climáticas se mantendrán hasta abril o mayo, luego se espera un tránsito al fenómeno La Niña (con temperaturas más bajas). Según Sueiro, esto permitirá que la anchoveta suba más a la superficie y que se disperse, por lo que los viajes para capturarla serán más extensos.
Por otro lado, el oceanógrafo especializado en clima y pesquería Gino Passalacqua advierte que las entradas y salidas de las masas oceánicas tendrá un impacto en la alimentación de la anchoveta, lo cual se traduce en cuánto contenido graso podrá obtenerse para producir aceite. Asimismo, señala que no todo es negativo y se espera que a partir de julio las condiciones climáticas mejoren para que una segunda temporada sea provechosa para el sector y permita una recuperación económica.
