Investigadores del CSIC en el Instituto de Química Física Blas Cabrera (IQF-CSIC) en España estudian las moléculas de ADN que presentan tres hebras en lugar de dos, conocidas como hélices triples, las cuales parecen estar implicadas en procesos de regulación de la expresión génica y pueden servir para aplicarse en el tratamiento de enfermedades.
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“El ADN forma normalmente estructuras helicoidales con dos hebras que discurren de manera antiparalela una respecto a la otra. Es la clásica doble hélice. Sin embargo, en ocasiones el ADN puede adoptar otra estructura, también helicoidal, pero en la que se asocian no dos, sino tres hebras; son las llamadas hélices triples”, explica Carlos González, investigador del CSIC.
Según Gonzáles, expone que dentro de la estructura de doble hélice hay dos hendiduras y en el mayor de ellas hay sitio para acomodar una tercera hebra. “Según la orientación relativa de esta hebra con respecto a las demás, se dice que la hélice triple es del tipo paralelo o antiparalelo. La que hemos estudiado aquí es la hélice triple antiparalela, que es la menos conocida”, detalla.
“Existen bastantes evidencias de que las hélices triples se forman transitoriamente en la célula y que tienen un papel en la regulación de la expresión génica”, según explica Miguel Garavís, investigador y autor principal del estudio.
“Además, si la tercera hebra se añade desde el exterior de la célula y tiene la secuencia de nucleótidos adecuada, se unirá a una región muy específica del ADN celular, inhibiendo la expresión del gen codificado por esa región. Esto hace que la formación de hélices triples sea de mucho interés para la industria farmacéutica”, expone Garavís.
De acuerdo con científicos, estas estructuras son muy difíciles de estudiar por diversos motivos a tal punto de haber sido descritas en solo una ocasión hace 30 años.
“Es este caso hemos podido hacer un estudio estructural de alta resolución, gracias a la colaboración con científicos de la Universidad Massey en Nueva Zelanda, que han unido una molécula muy especial, llamada TINA, a la tercera hebra de la hélice. TINA se ha diseñado para intercalarse en las hélices triples y en este estudio hemos demostrado que lo hace de manera supereficiente, estabilizando muchísimo la estructura y permitiendo, además, su estudio mediante técnicas de Resonancia Magnética Nuclear”.
Según el CSIC, este estudio se ha llevado a cabo en el Laboratorio de RMN Manuel Rico, una Infraestructura Científica y Técnica Singular del CSIC, en colaboración con el grupo del profesor Vyacheslav Filichev en la Universidad Massey en Nueva Zelanda.