En una jornada cultural, se llevó a cabo una visita al museo de sitio y al palacio de Puruchuco, ubicados en el distrito de Ate, al este de Lima. Este enclave arqueológico, conocido como Puruchuco-Huaquerones, constituye un importante legado de las antiguas culturas ichma e inca.
Primera parada: Arturo Jiménez Borja
El sepulcro del «doctor» Arturo Jiménez Borja (1908-2000) está marcado por un fragmento de granito plúmbeo. Según el libro «Puruchuco y la Sociedad de Lima: Un homenaje a Arturo Jiménez Borja» (2004) de Hilario Canchohuamán y Marcelino Sulca, quienes colaboraron en las restauraciones dirigidas por Jiménez Borja desde los años sesenta, fueron ellos quienes encontraron y trasladaron su tumba en enero del 2000. Durante una semana, estos trabajadores, también creadores del espacio infantil “Puruchuquito”, buscaron en los cerros cercanos la roca que hoy lleva el nombre del fundador del Museo de Sitio de Arturo Jiménez Borja-Puruchuco (MSPUR).
Actualmente, la tumba de Arturo Jiménez Borja es el primer punto de interés en el recorrido por el museo, accesible desde la avenida Prolongación Javier Prado. Para llegar, se toma la última entrada a la derecha antes del túnel de Puruchuco, en el distrito de Ate, luego de pasar el estadio Monumental.
«Sin su trabajo, no estaríamos acá», declaró la directora, Clide Valladolid. El médico, catedrático y autor de Tacna, en colaboración con Jorge C. Muelle, encontró las estructuras arqueológicas de Puruchuco el 1 de enero de 1953, en las cercanías de la propiedad de la familia Ísola. Tras siete años de estudio, el 26 de diciembre de 1960, se dio apertura a lo que ahora conocemos como MSPUR, el primer museo de sitio de Sudamérica, marcando un hito en la preservación y difusión del patrimonio histórico de la región.
Segunda parada: Sombrero de plumas
En las investigaciones sobre Tahulichusco, el curaca de Lima, se ha observado que portaba un tocado adornado con plumas, similar al que se exhibe en la sala principal del Museo de Sitio Puruchuco (MSPUR). Este tocado, conocido como puruchuco, fue descubierto sobre uno de los fardos en el espacio ceremonial. La denominación «puruchuco» se deriva del quechua, donde «puru» significa plumas y «chuco» se refiere a sombrero, es decir, un «sombrero de plumas». Los arqueólogos debaten si el tocado fue colocado por Jiménez Borja o si realmente formaba parte del atuendo original de Tahulichusco.
El puruchuco en cuestión no proviene de Ate, sino que fue descubierto en el antiguo cementerio prehispánico de Rinconada de La Molina en 1958. Este lugar arqueológico, aunque ya no está presente, estuvo estrechamente relacionado en su momento con el sitio de Puruchuco.
Última parada: Caminata al Palacio
El Museo del Palacio de Puruchuco, que fue restaurado por Jiménez Borja en 1956 y se abrió al público cuatro años más tarde, exhibe dos tipos distintos de arquitectura. Por un lado, se muestra la arquitectura de la cultura Ichma, y por otro lado, se presenta la ampliación realizada por los incas. Esta última se puede observar especialmente en la zona de doble jamba y en las áreas destinadas a actividades industriales.
El palacio también incluye varias rampas y una «entrada restringida», a la cual no se puede acceder directamente, así como depósitos y otros espacios. El diseño geométrico del palacio, caracterizado por formas trapezoidales, triángulos y rectángulos, evidencia específicamente la influencia incaica en su construcción. Es un espacio idóneo para reencontrarse con la cultura peruana.