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Se produjo aquel sucedo de manglares petrificados, debido a una erupción volcánica que llegó a sepultar todos los árboles durante la época del Mioceno temprano. Además, logró preservar la madera fósil que fue encontrada recientemente cerca del Canal de Panamá.
“Son difíciles de distinguir de cualquier otro árbol en descomposición del bosque porque parecen tocones podridos», explicó Carlos Jaramillo, coautor del estudio donde se reveló el descubrimiento de la petrificación del bosque petrificado.
Fósiles de manglares de la isla de Barro Colorado:
Se encuentran conservados en óptimas condiciones. Según los científicos, señalan que “la erupción volcánica ralentizó la descomposición y congeló el paisaje en el tiempo”.
De acuerdo con los estudios, se localizaron un total de 121 muestras de madera fosilizada expuestas en un arroyo de la isla, las cuales fueron examinadas. La mitad pertenece a una especie desconocida hasta el momento y que fue nombrada Sonneratioxylon barrocoloradoensis.
“La anatomía de la madera indica que la mayoría de los especímenes identificables pertenecían al mismo morfotipo, que tiene rasgos anatómicos similares a sonneratia (lythraceae), un árbol de mangle originario del sudeste asiático”, según expone la publicación de la revista Paleogeografía, paleoclimatología y paleoecología.
Bosque petrificado:
Los árboles del bosque tenían alturas de 25 metros hasta los 40 metros de alto, a diferencia de los manglares de la actualidad, que solo alcanzan los 13 metros.
La posición de la isla Barro Colorado permite la convergencia de especies de América del Norte y del Sur, dado que se ha convertido en un laboratorio natural para comprender los misterios de los bosques tropicales.