Por Hernán Burga*
La evaluación de los riesgos del ajuste fiscal que aplicará Milei, analizado desde la perspectiva del Principio del Equilibrio del Sistema Económico aplicado a la realidad argentina, el cual conceptualmente consiste en que, las fuerzas de la oferta de bienes y servicios, de una comunidad se van acoplando permanentemente con la demanda de dichos bienes y servicios, manteniendo siempre un equilibrio económico, que no significa la satisfacción de las necesidades y deseos de la población, en el entendido que la demanda es una necesidad satisfecha y que responde a la capacidad adquisitiva de las personas
Como en toda economía, las actividades económicas de un país, presentan desajustes transitorios por una menor o mayor oferta de bienes y servicios como también por una mayor o menor demanda de los mismos. Los desajustes transitorios provocadas por el comportamiento del mercado, se equilibran de manera constante y permanente a través del sistema de precios, que es quien regula los desfases que se presentan entre la oferta y demanda del sistema económico.
Teniendo este marco referencia, trataremos los riesgos de las medidas de ajuste fiscal, pero antes de abordar el tema resulta conveniente, comentar otro de los problemas que debe encarar la administración Milei, que es el referido al tema monetario, que guarda adherencia directa con el aspecto fiscal, pero que son problemas independientes e interrelacionados y requieren medidas específicas, las mismas que para el aspecto monetario ya han sido anunciados por Milei.
Una de ellas es la de cerrar (creo más bien intervenir) el Banco Central de Reserva Argentino (BCRA), para eliminar la emisión de pesos argentinos y sustituir la moneda local por el U.S. Dólar, llamado Dolarización como ha sido aplicado en la Republica de Ecuador y en otros países, con el propósito de acabar con la inflación que es causada por la gran masa de emisión monetaria inorgánica (sin respaldo adecuado de activos – reservas internacionales – o de producción de bienes y servicios), que ha emitido y vienen emitiendo el Gobierno para cubrir su déficit fiscal.
Junto con el problema de la emisión inorgánica de dinero, se presenta un problema mucho más técnico y con mayores riesgos, que es equilibrar las cuentas del balance general del BCRA, donde sus pasivos son mayores que sus activos, producto de la intervención del BCRA en Operaciones de Mercado Abierto (intervención de los Bancos Centrales para administrar la liquidez de la economía ya sea retirando o proveyendo fondos, a través de títulos valores rentables).
En este caso, mediante Letras de Liquidez de corto plazo (LELIQs), que según informaciones recientes bordean los U.S.$ 40,000 millones, con las que el BCRA ha extraído pesos de la economía, con un costo elevado al pagarse tasas semejantes a la inflación (133% anual) y que son adquiridos únicamente por las entidades bancarias que funcionan en el país.
El manejo de este problema ha sido comentado por Milei, señalando que será una operación quirúrgica de alto riesgo, pero permitirá, también, resolver el problema del Cepo (retención forzosa del dinero de los depositantes) que afecta la libre disponibilidad de los depósitos bancarios de millones de argentinos.
Explicado el anterior problema y centrando el tema en el ajuste fiscal, es comprensible para las personas comunes, que para el sistema económico argentino, la aplicación del ajuste fiscal equivalente al 15% de su PBI (U.S.$ 500,000 mil millones), que es la magnitud de su déficit, significará una importante caída del consumo, de las actividades económicas del país y del equilibrio del sistema económico, que viene ajustándose continuamente de manera seguida y sostenida vía precios (inflación que contrae el consumo), teniendo como efecto directo el descenso de sus niveles de equilibrio.
La administración Milei, como lo ha precisado, aplicará en paralelo una reducción de impuestos, con lo que el sector empresarial y familiar dispondrán de mayores ingresos para consumir; sin embargo, por la magnitud del ajuste la reducción de los impuestos, no podrá compensar la caída del consumo de la población. Es probable que 3 meses de aplicado, recién se podrá apreciar la medida en los bolsillos de las personas, para el caso de los que trabajan en el mercado laboral formal; en tanto, que para las personas que han vivido en los últimos años de un Plan Social, las rebajas de los impuestos no tendrán este efecto directo en sus ingresos. Pero si en su consumo de reducirse el impuesto a las ventas.
Es aquí donde el riesgo de la política del ajuste fiscal, tendrá su primer desafío que, es la de ir acompañado, desde el inicio, con la participación activa del empresariado para invertir y pagar mayores sueldos a los trabajadores por su productividad en un mercado de libre competencia. Este acople del sistema económico, no debería ser lento sino más bien rápido, dependiendo de las decisiones oportunas del empresariado, dado que evitaría provocar justificadas presiones de las personas en planilla y más aún de aquellas personas que están en paro con Planes Sociales, lo que podría desencadenar en el fracaso del modelo impulsado por Milei.
Una de las cosas que se presentará al reducirse el déficit fiscal, es que, producido el recorte de los gastos públicos, se registrará una disminución de los ingresos y, en consecuencia, la demanda será menor que la oferta de bienes y servicios, ajustándose a la baja los precios de la economía. que incentivará el consumo alimentado por las anotadas mayores disponibilidades de efectivo, provenientes de los ahorros en sus compras y la rebaja de los impuestos.
En consideración a que el ajuste ser dará exclusivamente por el lado del Sector Público y con participación activa del mercado, donde las partes acuerdan voluntaria y libremente sus intereses, sería oportuno que en la negociación sobre las LELIQs con los bancos, se considere la puesta en el mercado de productos crediticios de consumo y/o reprogramación de deudas para los trabajadores formales, por el potencial mercado que representan en virtud a las favorables expectativas económicas del país, que se verá reforzado y dinamizado al elevarse su capacidad adquisitiva, produciendo un pronto y efectivo crecimiento del consumo, acompañado de un sano y robusto crecimiento económico.
El camino trazado para la vasta población que ha venido a accediendo a los Planes Sociales, seguirá hasta que mejore la situación económica del país, es decir que comience la reactivación económica y la generación de empleos; sin embargo, los servicios sociales, tales como luz, agua, transporte público, dejaran de ser subsidiados y sufrirán un incremento importante en sus precios. La demanda de los señalados servicios por parte de este sector de la población será drásticamente reducida, constituyéndose como un riesgo político y social importante, que deberá ser administrado por la administración Milei.
Evidentemente, un gran riesgo a que estará sometida la administración Milei, es la respuesta sindicalizada de los millones de empleados públicos cesantes, que deberán ser prontamente recolocados en el mercado laboral, teniéndose que aplicar una política de incentivos temporales de cese o seguro de desempleo, con la finalidad de darle una holgura de tiempo para su incorporación laboral en el sector privado. Lidiar exitosamente con este riesgo es buena parte del éxito de las medidas del ajuste fiscal argentino.
Conectado con esta reinserción laboral privada, se debe considerar que todo sistema económico no solamente se ajusta a través del sistema de precios del mercado, sino también con la apertura del mercado internacional, donde el comportamiento de las importaciones favorece la formación del precio de los productos en beneficio de los consumidores, toda vez que los bienes importados para ser aceptados deben ser de calidad y ofrecerse a precios competitivos; mientras que las exportaciones representan una extensión del mercado interno. La apertura del mercado internacional hará que se incremente el número de empleos formales privados y se eleve el nivel del sistema económico de argentina, aprovechando los importantes recursos productivos que posee y liberando la iniciativa privada del emprendedor argentino, lo cual favorecerá el mejor funcionamiento del sistema en “pari passu” con su recuperación y crecimiento económico del país.
*Economista. Especialista Financiero