El Trastorno del desarrollo de la coordinación motora (TDCM) o dispraxia es una enfermedad psicomotriz que provoca desorganización en el movimiento, una incoordinación motora que puede afectar el lenguaje, desarrollo emocional, la habilidad de correr y saltar.
Los que la padecen suelen ser lentos y tienen dificultades para realizar movimientos sencillos como escribir, peinarse, atarse los zapatos, jugar a la pelota o andar en bicicleta. Esta enfermedad se clasifica en cuatro tipos; ideomotora, ideatoria, oromotora o del habla y disprexia constructiva.
«La dispraxia también puede afectar las habilidades sociales. Los niños con dispraxia podrían comportarse de un modo inmaduro, aunque comúnmente tienen una inteligencia promedio o superior al promedio. También suelen tener problemas para mantener el equilibrio y la postura», informó el médico neurólogo del Instituto de Neurociencias Buenos Aires (INEBA) José Luis Etcheverry.
Es difícil que los padres puedan identificar si su hijo sufre esta enfermedad, los síntomas pueden empezar desde el primer año de edad e intensificarse entre los cinco y once años, se estima que pueden sufrirla entre un 2% y un 5% de los niños durante dicho lapso, se cree que afecta mayormente a los varones.
«Los síntomas se manifiestan a temprana edad. Los bebés podrían estar inusualmente irritables y tener dificultades al comer. Podrían retrasarse en sus pilares del desarrollo, tal como darse vuelta cuando están acostados y en caminar», explicó Etcheverry agregó que «Algunos signos de alerta en niños pequeños pueden ser que se ensucia mucho cuando come, prefiere comer con los dedos en vez de utilizar un tenedor o una cuchara; no puede jugar con una pelota, está atrasado en cuanto al control de esfínteres o no habla tan bien como los otros niños de su misma edad».
Ya en la etapa escolar, tropezarse con frecuencia con las personas y las cosas, que le cueste aprender a saltar, que se le caigan los objetos frecuentemente, que no pueda pronunciar palabras o que se presenten problemas al jugar y/o interactuar con otros niños, entre otros. Así mismo, a medida que se van desarrollando pueden evitar deportes o clases de educación física, también tardan mucho en escribir por no poder agarrar los lápices y trazar las letras, y pueden costarles mucho recordar instrucciones.
El especialista recomendó a las familias, estar pendientes de las pequeñas señales y solicitar ayuda médica así solo tengan sospechas.
De otro lado, aseguró que esta enfermedad, no evita que los jóvenes hagan una vida normal y tranquila, como es el caso del actor de 27 años Daniel Radcliffe, quien nunca ha escondido su condición y en la actualidad se ha convertido en un representante que levanta la bandera por quienes también tienen esta patología poco conocida.
«A mí nunca me detuvo; y algunas de las personas más inteligentes que conozco tienen discapacidades de aprendizaje. El hecho de que algunas cosas nos resulten más difíciles solo hará que seas más determinado, que te esfuerces más y que seas más imaginativo para encontrar soluciones a los problemas», reveló el popular mago Harry Potter.
N.R.C.H