El portavoz de la organización, James Elder, expresó profundas preocupaciones sobre la escalada de violencia en la región, diciendo: “Nuestros temores más profundos sobre el número de niños asesinados, que se convirtieron en decenas, luego en cientos y finalmente en miles, se hicieron realidad en solo 15 días.”
Las cifras son descritas como “espantosas,” ya que más de 3,400 niños han perdido la vida, y esta cifra sigue aumentando de manera significativa. Elder enfatizó que “Gaza se ha convertido en un cementerio para miles de niños. Es un infierno para todos los demás.”
Además de los ataques con bombas, la falta de acceso al agua potable y el trauma psicológico se han convertido en amenazas graves para los niños, en particular para los lactantes, quienes enfrentan un riesgo inminente de deshidratación. La capacidad de producción de agua en Gaza ha disminuido al 5% de su capacidad antes del inicio del conflicto entre Israel y el grupo islamista Hamás.
James Elder también hizo hincapié en que los trabajadores de ayuda humanitaria que continúan operando en Gaza, incluyendo los empleados de UNICEF, están sufriendo las secuelas de la intensa violencia que afecta al territorio palestino.
En declaraciones adicionales, el portavoz del Ministerio de Salud de Gaza, Ashraf Al Qudra, informó que la agresión israelí en la Franja de Gaza ha cobrado la vida de 8,525 personas, incluyendo 3,542 niños y 2,187 mujeres.
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, anunció que su operativo militar en la Franja de Gaza ha ingresado en su tercera fase, que incluye la ampliación de las operaciones terrestres de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), mientras que la segunda fase, el bombardeo aéreo, continúa sin cesar.
