Sonia Estrada recoge en sus pinceles una emoción que le viene, desde lejos, de sus años de infancia en Quinuapampa, un pueblito enclavado en la sierra ancashina. Cuando llegó a la Escuela de Bellas Artes, en sus lienzos aparecieron los verdes, rojos, azules y naranjas, colores nítidos, fosforescentes, como se puede apreciar en su muestra Pinceladas de siembra y cosecha, que exhibe en la Casa Mariátegui, en el centro de Lima.
“Mis profesores me preguntaban de dónde sacaba esos colores y mis paisajes. Entonces, yo no sabía responderles, yo solo pintaba”, cuenta la artista.
En su primer viaje de retorno a su pueblo, halló la respuesta. Narra que antes de llegar a Quinuabamba, tienen que subir al cerro Eracirca, que es como un mirador, desde donde se puede observar todo el valle como un hermoso cuadro.
“Recién me di cuenta de que mi pintura tenía que ver con todo lo que observaba desde el Eracirca. Los árboles, ríos y caminos y los cerros de colores, como morados, naranjas y azulados”, explica Sonia Estrada.
Pero cuando vino a Lima, al principio, sintió un vacío. Pronto, como descubrió la belleza del campesino, también descubrió la belleza de los obreros en la ciudad y de la gente que lucha por justicia, que marcó el signo solidario de su arte.
En Lima también conoció al pintor Víctor Humareda, que se convirtió en su maestro de dibujo y pintura a calles abiertas.
“La primera vez que fui a estudiar, me dijo: ´Vamos a Tacora, La Parada. Aquí vamos a descubrir el color y la composición. Mira ese ropavejero. Está rodeado de colores grises porque lo que vende son ropas viejas, pero, mira, entre esas cosas, hay un punto anaranjado. Ese anaranjado triunfará porque está rodeado de grises. Y eso es lo que tú vas a pintar en tus cuadros. Si tú pones un amarillo al lado del naranja, los colores se van a pelear. Ninguno va a triunfar´. Es la mejor lección de pintura que he recibido”, dice.
“En dibujo, para que te sueltes, me dijo, tienes que dibujar árboles porque siempre están en movimiento. Tú sigue al viento”.
Y eso es lo que ha hecho la artista. “En esos trazos gruesos que le viene del expresionismo”, como dice la poeta Gloria Mendoza Borda en el catálogo de la muestra, Sonia Estrada nos regala una vez más su hermosa cosecha de colores.