Las variantes EG.5 y BA.2.86 han generado preocupación, pero hasta ahora, los datos disponibles indican que su impacto en la salud pública no es significativamente diferente a otras variantes de Ómicron.
MIAMI, EEUU — La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha publicado recientemente una nota técnica acerca de dos variantes de Ómicron, descendientes del coronavirus, que han estado bajo escrutinio en los últimos meses.
Se trata de las variantes conocidas científicamente como EG.5 y BA.2.86 y, hasta la fecha, los hallazgos apuntan a que, a pesar de su presencia, no parece haber cambios significativos en su impacto en la salud pública.
EG.5, la variante que puso en alerta a los científicos
La EG.5, una variante derivada de XBB.1.9.2 (a su vez, de Ómicron), fue detectada por primera vez en febrero de 2023. Pero no fue hasta el 9 de agosto pasado, que las autoridades sanitarias la clasificaron como una “Variante de Interés” (VOI, en inglés). El informe de la OPS señala que se ha observado un aumento constante en la proporción de infecciones reportadas por EG.5 en todo el mundo, y que en países como Canadá, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos y República Dominicana también se ha notado esta tendencia. Sin embargo, hasta el momento, no se han detectado cambios significativos en la gravedad de la enfermedad relacionada con este sublinaje.
BA.2.86, variante bajo vigilancia
La BA.2.86 surgió inicialmente en una muestra tomada en Dinamarca a finales de julio de 2023. Aunque se ha detectado en otras regiones, solo se han reportado un total de siete secuencias hasta la fecha. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la clasificó como variante bajo vigilancia el 17 de agosto pasado debido a que presenta un número considerable de mutaciones en los genes de la espícula del virus.
Hasta ahora, la evidencia disponible sobre BA.2.86 es limitada, lo que ha llevado a la OPS a indicar que «la evaluación inicial del riesgo se generará en breve». Esto sugiere que se necesita más investigación para comprender mejor su capacidad de transmisión, su capacidad de evadir la respuesta inmunitaria y su gravedad potencial.
Alertan del riesgo para la salud pública
La OPS ha evaluado el riesgo para la salud pública planteado por EG.5 como bajo y comparable al de otras variantes de interés que circulan actualmente. Sin embargo, el panorama para BA.2.86 aún está en proceso de evaluación, lo que subraya la importancia de mantener una vigilancia constante sobre estas variantes emergentes.
La OPS junto a la Organización Mundial de la Salud (OMS) han reiterado que las recomendaciones para combatir la propagación de COVID-19 se mantienen sin cambios. Además, ha instado a todos los países de la región a continuar recolectando muestras representativas para la secuenciación y a mantener una vigilancia genómica adecuada del SARS-CoV-2. Esto es esencial ya que el virus sigue circulando y evolucionando.
La OMS advierte que muchos países no están reportando los nuevos casos
María Van Kerkhove, jefa técnica de la OMS en asuntos relacionados con el COVID-19, ha informado que la variante EG.5 del virus Ómicron presenta una mayor capacidad de transmisión, pero no parece ser más grave que otras variantes.
En palabras de Van Kerkhove, «no detectamos un cambio en la gravedad de la variante EG.5 en comparación con otros sublinajes de Ómicron que han estado circulando desde finales de 2021». Esto sugiere que, a pesar de su aumento en la capacidad de transmisión, la variante EG.5 no parece causar una forma más severa de la enfermedad en comparación con otras variantes de Ómicron previamente identificadas.
Por su parte, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, expresó su preocupación por el hecho de que muchos países no estaban reportando datos relacionados con el COVID-19 a la OMS. Dijo que solo el 11 % de los países habían reportado sobre hospitalizaciones y admisiones a unidades de cuidados intensivos (UCI) relacionadas con el virus.
En respuesta a esta situación, la OMS emitió un conjunto de recomendaciones permanentes para el COVID-19. En estas recomendaciones, instó a los países a continuar reportando datos sobre el COVID-19, especialmente datos de mortalidad y morbilidad, y a seguir ofreciendo la vacunación.
María Van Kerkhove enfatizó que la falta de datos de muchos países está obstaculizando los esfuerzos para combatir el virus. «Hace aproximadamente un año, estábamos en una situación mucho mejor para anticipar, actuar o ser más ágiles. Y ahora, la demora en nuestra capacidad para hacerlo está creciendo. Y nuestra capacidad para hacerlo está disminuyendo», recalcó.
La situación en las Américas
Según datos facilitados por la OMS, el organismo sanitario encargado de velar por la evolución del coronavirus en todo el mundo, en el último mes se ha visto un aumento alarmante en el número de casos nuevos de COVID-19, con más de 1.4 millones de nuevos casos reportados, lo que representa un aumento del 63 % en comparación con el período anterior.
Sin embargo, ha habido una disminución del 56% en el número de muertes durante el mismo período. Estos datos subrayan la necesidad continua de mantener medidas de control y vigilancia rigurosas.
Con todo, subrayan que a medida que el virus SARS-CoV-2 sigue evolucionando, es esencial mantener un monitoreo constante de las variantes emergentes como EG.5 y BA.2.86.
Aunque los riesgos parecen ser bajos en este momento, la situación puede cambiar, y es vital seguir las recomendaciones de las autoridades de salud pública y mantener una vigilancia activa para garantizar una respuesta efectiva a la pandemia en curso.
¡Voz de América