Con la conquista del Perú y el posterior período virreinal, la expresión vocal no solo se caracterizó por la música tradicional peruana o de origen campesino, sino que la música popular despertó un gran interés en las ciudades debido a la gran influencia europea de la época.
Según el compositor, musicólogo y director de orquesta Miguel Oblitas Bustamante, el ámbito andino tenía como criterio la integración de la caza y el campo, mientras que, la visión española, donde se inserta el Perú e Hispanoamérica, la ciudad pasa a ser un ente separado del campo.
En este sentido, la llamada música popular que se industrializó en el siglo XX fue conocida como “música popular de baile urbana”. En el tiempo del Virreinato; sin embargo, también prevaleció la música militar, la música religiosa y la música académica o de concierto.
«Podemos decir que los músicos más doctos o más elaborados, en el contexto académico, estaban al servicio de la iglesia y los virreyes. La Catedral de Lima, la Catedral del Cusco, la Catedral de Trujillo y todas las catedrales que formaron parte del virreinato del Perú, fueron consideradas como centros musicales de la época», dijo también el investigador a RPP Noticias.
De acuerdo a Oblitas Bustamante, los ritmos locales siempre estuvieron vigentes y han venido gestándose desde el tiempo del virreinato hasta la entrada a la República, tal es así que «los romances españoles del renacimiento», tocados con la vihuela -ancestro de la guitarra- llegaron a fusionarse con el harawi, una expresión musical o canto de amor de la época incaica.
Esta fusión dio origen al nacimiento del yaraví, un género musical que hasta ahora sobrevive en muchos lugares de la sierra (yaraví con fuga de huayno) y la costa (triste con fuga de tondero). «No es que se haya tomado solamente la tradición después de la Independencia, acá ha seguido gestándose un mestizaje de la música tradicional desde mucho antes», aclara el también director artístico de la ACMUSIQ (Asociación Cultural Musical Iqueña).
Con el virreinato, también llegaron otros géneros como el pasodoble español, el vals de origen austro-alemán y el minué de origen francés, que después fue reemplazado por la mazurca y la galopa. Gracias a esta diversidad musical, en el Perú se gesta la mozamala y la zamacueca, que posteriormente dio origen a la tradicional marinera.
Por lo tanto, según el especialista, la zamacueca y otras expresiones populares de la época, podrían estar circunscritas al ámbito marginal porque no se asimilaban con las costumbres de la aristocracia criolla peruana, en especial la limeña.