En su intento de justificar el mensaje a la nación que dio Pedro Castillo el 7 de diciembre, sus “defensores” dieron versiones diferentes.
Han pasado más de seis meses desde el golpe de Estado perpetrado por el expresidente de la República, Pedro Castillo Terrones, quien hoy se encuentra preso en el penal de Barbadillo. Desde entonces, sus defensores y personas de su entorno, han intentado dar explicaciones de lo ocurrido.
Los “defensores” del exjefe de Estado, han dado versiones diferentes en su intento de justificar el mensaje a la nación que dio Castillo el 7 de diciembre del 2022.
Por ejemplo, el excongresista Guido Bellido (Perú Bicentenario) fue quien dio una las primeras versiones o teorías sobre lo que habría pasado. Tras visitar al exmandatario, Bellido aseguró que este no recordaba haber leído el manuscrito frente a las cámaras en Palacio de Gobierno. “El estado psicológico de Pedro Castillo al leer el mensaje a la nación evidencia de que no se encontraba dentro de sus facultades, ello hace presumir que pudo haber sido inducido”, señaló.
Una teoría similar es la de Guillermo Olivera, abogado que se presentó como asesor de Pedro Castillo.
Olivera aseguró que el exjefe de Estado dio el discurso luego de tomar una bebida que lo afectó. “Antes le dieron una bebida, una supuesta agua y después de beber el agua se sintió como atontado, todo el mundo lo ha visto que estaba leyendo de forma temblorosa, estaba un poco atontando. Los instigadores engañan”, indicó.
Los “defensores” al notar que esta versión no daba resultados, la cambiaron. Esta vez, el enfoque fue que no hubo golpe de Estado porque Castillo no se levantó en armas.
Aníbal Torres, expresidente del Consejo de Ministros, el día 15 de febrero, reapareció en la escena pública y habló del tema. “El presidente no presentó ninguna norma para alterar el sistema de justicia. Tampoco presentó ninguna para que establezca un toque de queda”, sostuvo. “No se puede hacer un golpe de Estado sin las Fuerzas Armadas”, agregó.
Por su parte, el abogado Wilfredo Robles, calificó el golpe de Estado como “ineficaz, carente de formalidad y de imposible ejecución”.
Walter Ayala, exministro de Defensa, pidió que no comparen el caso de Castillo Terrones con el de Alberto Fujimori.
Eduardo Pachas, abogado de Castillo, calificó de “proclama” el mensaje del exmandatario. “¿Alguien ha levantado un arma o ha disparado? ¿Se ha detenido a alguien o se tomó alguna institución? La respuesta es que, a nadie, Pedro Castillo leyó un discurso, sí, pero lo hizo sin dañar el bien jurídico tutelado, ni se levantó en armas”, precisó Pachas durante una audiencia del caso.
Sin embargo, la versión de Lilia Paredes, esposa del expresidente, es diferente a la de los abogados. En una entrevista, contó las últimas palabras que le dijo su esposo. “Me dijo: ‘Vamos, les dejo a ustedes en la embajada de México y yo me regreso y voy a luchar junto con todo mi pueblo peruano porque desde un inicio nunca me dejaron trabajar”, aseguró.
De esta manera, Lilia reconoció que Castillo Terrones se encontraba en pleno uso de sus facultades al momento de leer el mensaje, ya que incluso pretendía defender su decisión.
Esta versión tomaría mayor fuerza luego de las declaraciones de Leonardo Croxatto, abogado argentino de Castillo. “La verdad es que hablé mucho con Petro (presidente de Colombia) sobre lo que quiso hacer Castillo. Yo se lo pregunté a él porque era una duda que teníamos. Él dijo cosas interesantes. Me dijo que, de los siete discursos que tenía, leyó el más suave”, reveló.
Hace una semana surgió una nueva versión. Eduardo Pachas, aseguró que Castillo fue obligado a leer el mensaje a la nación porque recibió amenazas de muerte. “Ese día, si no se le suspendía o se le vacaba, se le iba a matar y luego a su familia se le iba a detener”, manifestó.
Sin embargo, esta nueva versión, no tendría sentido si se considera que hace unos meses se revelaron imágenes de los momentos previos al discurso que dio Castillo.
Análisis
El abogado Andy Carrión, señaló que, a su parecer, que Castillo tenga más abogados es comprometedor. “Precisamente, ese riesgo de que se maneje más de una versión no le hace un bien a la defensa. Eso puede ser usado por la Fiscalía para descalificar su propia versión”, explicó.
“Hasta el día de hoy yo podría decir que han ido negando lo evidente, pero eso de alguna manera también complica la situación del expresidente. Cuando va a dar sus descargados para absolver las dudas al respecto de lo que ha sucedido, la veracidad del investigado no tendría mucha trascendencia”, agregó.