El Laboratorio de Física Aplicada (APL) de Johns Hopkins de la NASA, ha llevado a cabo un análisis de datos de la sonda espacial Voyager 2, junto con nuevas observaciones realizadas desde la Tierra y modelos digitales, ha concluido que cuatro de las lunas más grandes de Urano probablemente contienen océanos subterráneos.
Las lunas en cuestión son Ariel, Umbriel, Titania y Oberón, y se cree que sus océanos pueden tener decenas de kilómetros de profundidad. Este estudio representa el primer análisis detallado de la composición y la estructura interior de estas lunas. La presencia de océanos subterráneos en estas lunas sugiere la posibilidad de que puedan albergar vida.
Urano cuenta con al menos 27 lunas en su órbita, de las cuales las cuatro más grandes son Ariel, Umbriel, Titania y Oberón, con diámetros que van desde 1.160 km hasta 1.580 km. Aunque se creía que solo Titania podía retener suficiente calor para evitar que un océano interno se congelara, el equipo de científicos liderado por Julie Castillo-Rogez del JPL de la NASA ha descubierto que, además de Titania, el resto de lunas también podrían contener océanos subterráneos.
Las cuatro lunas más grandes (Ariel, Umbriel, Titania y Oberón) cuentan con suficiente aislamiento en sus superficies para retener el calor interno necesario para albergar un océano subterráneo, lo que sugiere la posibilidad de que estos océanos sean habitables. Además del calor interno, el estudio también destaca la presencia de cloruros y amoníaco como posibles anticongelantes que ayudarían a mantener el agua en estado líquido. Los modelos digitales utilizados en la investigación sugieren que las sales también podrían ser una fuente adicional de anticongelantes.
Este estudio se titula “Compositions and Interior Structures of the Large Moons of Uranus and Implications for Future Spacecraft Observations”. Y se ha publicado en la revista académica Journal of Geophysical Research.