Un grupo de investigadores de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda), en colaboración con el centro de investigación ‘Plant & Food Research’, se encuentra estudiando las proteínas efectoras (proteínas con un rol importante en virulencia) en el hongo Neonectria ditissima, que afecta a los cultivos de manzanas.
Una de las investigadoras que participa del proyecto científico es la peruana Liz Milagros Flórez Palacios, quien se encuentra estudiando un doctorado en la Universidad de Auckland, tras concluir estudios en la UPCH. La estudiante en Ciencias Biológicas tiene una mención en Biología Molecular en dicha casa de estudios.
“Actualmente, en el país oceánico existen cuatro enfermedades que están afectando los cultivos de manzana, aunque no de forma agresiva o preocupante. “Mi doctorado está enfocado en una de las enfermedades que es de las más fuertes, ya que no sólo afecta el fruto de la manzana, sino todo el árbol”, explica Flórez.
Cabe señalar que las manzanas cuentan con una forma de protegerse de estos hongos: desarrollan genes que son resistentes a dichas proteínas que usan los hongos para infectar a las plantas. En otras palabras, los expertos buscan identificar genes resistentes para, luego de hallarlos, poder desarrollar cultivos más fuertes frente a la plaga.
Experimentos en laboratorio
El estudio consiste en que las manzanas son, en primer lugar, infectadas por el hongo en un laboratorio con el propósito de identificar estos genes. Luego, se hace un muestreo del ADN o ARN de la planta infectada (ya sea del fruto o del tejido del tronco) y, después, un secuenciamiento genético.
“Aquí encuentras información valiosa sobre cómo el hongo está matando la manzana y cómo ella está defendiéndose o fracasando en defenderse”, indica la investigadora. Asimismo, se emplea un software especializado para entender el secuenciamiento y analizar todos los datos que arrojan los genes.
Por otro lado, los expertos utilizan el silenciamiento de genes del hongo a través del clonamiento. “Cuando encontramos un gen de mucho interés en el hongo, por ejemplo, un gen que creemos importante o valioso para el hongo, lo quitamos”, indica.
Los efectos del hongo N. ditissima
N. ditissima no supone un riesgo elevado para la salud humana, aunque sí para la integridad de los manzanos. “Es capaz de hacer que la fruta se pudra más rápido. Lo que hace es acelerar su madurez. Deja a la fruta como si, en teoría, ya estuviera madura, pero en realidad sabe mal”, advierte Flórez.
El tronco es la parte más afectada, pues es capaz de “estrangularlo” a partir de que genera una especie de tumor que asfixia e impide que fluyan los nutrientes a través de la planta, que, luego de un tiempo, muere.
Buscando los mejores genes
El fin del estudio, que ya publicó un artículo científico, es encontrar a los mejores genes (o sea, a los más resistentes) que hagan frente a la plaga por N. ditissima. En esta línea, las manzanas estarían generando sus propias defensas, y las seleccionadas serían cruzadas con otras similares para tener la mejor cosecha.
La técnica que está aplicando el equipo de investigadores en Nueva Zelanda ya ha sido empleada por expertos de otros países. “Hay un caso clásico que ocurrió en China. Se trata de un hongo que estaba afectando el arroz y se hicieron bastantes investigaciones para encontrar un grupo de genes que confieren resistencia a la planta frente al hongo. A esta técnica se le conoce como inbreeding o cruce de plantas”, asegura Flórez.