¿Radiactividad en el agua por culpa del nitrato de fertilizantes?

El equipo de la Universidad de Nebraska-Lincoln en Estados Unidos, detectó en agua subterránea altos niveles de nitrato, así como concentraciones de uranio de hasta 89 veces el máximo permitido por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos para considerar potable al agua.

El equipo de Karrie Weber, de la Universidad de Nebraska-Lincoln en Estados Unidos, detectó en agua subterránea altos niveles de nitrato, así como concentraciones de uranio de hasta 89 veces el máximo permitido por la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos para considerar potable al agua. Cabe señalar que la alta densidad de uranio puede causar daños renales en los seres humanos.

“Muchos habitantes de Nebraska dependen del agua subterránea como agua potable”, explica Weber. “En Lincoln, dependemos de ella. Muchas comunidades rurales dependen de las aguas subterráneas. Así que cuando esa agua tiene una alta concentración de uranio, hay un claro problema”.

El estudio consistió en la extracción de sedimentos del fondo de un acuífero cerca de Alda, Nebraska. Los investigadores buscaban usar las muestras para recrear en ellas el flujo de uranio para verificar si la adición de nitrato al agua aumentaba la cantidad de uranio arrastrado.

“Una de las cosas de las que queríamos asegurarnos era de no alterar el estado del uranio, el de los sedimentos y el de la comunidad microbiana al recoger las muestras. Hicimos todo lo posible por preservar las condiciones naturales”, señala Weber.

Posteriormente, el equipo llenó varias columnas con ese limo antes de bombear agua subterránea simulada a través de ellas a una velocidad similar a la que habría viajado bajo tierra. En total, se analizó el agua en tres situaciones: sin nada extra, con nitrato y con un inhibidor diseñado para detener la actividad bioquímica de los microorganismos que viven en el sedimento.

El resultado fue que el agua que contenía nitrato, pero carecía del inhibidor microbiano, consiguió arrastrar aproximadamente el 85% del uranio, frente a solo el 55% cuando el agua carecía de nitrato y el 60% cuando contenía nitrato, pero también el inhibidor.

Por consiguiente, la investigación demuestra no solo la capacidad del nitrato para promover el desplazamiento del uranio, sino que también respalda la hipótesis de que una serie de procesos bioquímicos, desencadenados por los microbios, está transformando el uranio, haciendo que pase de una forma sólida básicamente insoluble a otra forma que puede disolverse fácilmente en el agua.