El pasado miércoles, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, mencionó que el país norteamericano y Japón perciben a Pekín como el “mayor desafío estratégico compartido”.
Durante el encuentro de los ministros de Exteriores y Defensa de Estados Unidos y Japón, las ciudades de Washington y Tokio pactaron establecer una unidad de reacción rápida del Cuerpo de Marines, que se encuentre equipada con medios avanzados de inteligencia y reconocimiento en la isla de Okinawa y pueda lanzar misiles antibuque. Además, el secretario de estado, mencionó que esta medida es necesaria para disuadir a China, puesto que considera que realiza “esfuerzos para socavar el statu quo duradero que ha mantenido la paz y estabilidad durante décadas”.
Lloyd Austin, el secretario de Defensa, manifestó que el despliegue de la unidad de Cuerpo de Marines, pensado en completarse para el 2025, reforzará la disuasión en la región y posibilitará la defensa de Japón y su población de manera más eficaz en lo que él llama un ambiente de seguridad cada vez más desafiante. También, establece la unidad como la “más versátil, móvil y resistente”. Sin embargo, el número de las tropas norteamericanas en suelo japonés no incrementará ya que la nueva unidad va a reemplazar a la actual.
Por otra parte, el ministro de Defensa de Japón, Yasukazu Hamada, nombró a Pekín como el “desafío estratégico más grande y sin precedentes”. A su vez, puso en evidencia su preocupación por la “cooperación militar reforzada” entre Rusia y China, refiriéndose a las maniobras marítimas que se dieron en diciembre pasado. Sumado a eso, sentenció que el país japonés y el estadounidense van a seguir unidos en el planteamiento de objeciones contra los intento de China por cambiar el statu quo en el mar de la China oriental.
